Текст книги "Diario de la Guerra de España"
Автор книги: Михаил Кольцов
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Историческая проза
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Koltsov había escrito tres libros de su Diario cuando quedó interrumpida su actividad literaria en 1938 al ser detenido por las autoridades soviéticas. Fue fusilado en 1942 a consecuencia de las purgas de Stalin, sin haber acabado su obra. Los editores de la última edición rusa —de acuerdo con las ideas del autor– recogieron en un cuarto libro las crónicas que Koltsov publicó en el periódico Pravda entre julio y diciembre de 1937
Esta es la traducción castellana de la edición definitiva. Koltsov, corresponsal extraordinario de Pravda en España, fue testigo ocular de los acontecimientos que narra. Estrechamente ligado a la política contemporánea del partido comunista ruso y periodista fuera de lo común, unió a una gran valentía personal dotes políticas y militares excepcionales, una innegable profundidad de análisis y una lengua exacta y poética. Su papel en España fue mucho más importante que el que se puede esperar de un simple corresponsal de guerra, y sus actividades le situaron en más de una ocasión en el plano más elevado de la acción política. Su maravillosa fuerza descriptiva es patente en los pasajes más duros del Diario: la muerte de Lukacs, la conversación con el aviador moribundo, el tanquista herido, el asalto frustrado al Alcázar... Pero nada supera, sin duda, la maestría de los retratos de Koltsov. Su pluma arranca los rasgos esenciales de los nombres más significativos del campo republicano: Largo Caballero, Durruti, Alvarez del Vayo, Rojo, Malraux, García Oliver, Kleber, La Pasionaria, Casares Quiroga, Líster, Checa, Aguirre, José Díaz, junto a gentes de importancia menos señalada, con frecuencia anónimas: oficiales, soldados, mujeres, niños... Es éste, en definitiva, un documento literario y político de un periodo crucial —1936-1937—, que ayuda no sólo a revivirlo sino a comprenderlo.
Mijail Koltsov (Kiev, 1898-Moscú, 1942) participó en la Revolución rusa de 1917, pasó a ser miembro del Partido Bolchevique en 1918 y tomó parte en la subsiguiente guerra civil. Comunista convencido, pronto se convirtió en una figura clave de la élite intelectual soviética y posiblemente en el periodista más famoso de la URSS, debido principalmente a sus bien escritos ensayos y artículos satíricos. Escribió regularmente en Pravda, diario de cuya junta editorial formó parte. Viajó como corresponsal a numerosos países, entre ellos España, para cubrir los primeros compases de la guerra civil. Algunos historiadores lo consideran el agente personal de Stalin en España. El 12 de diciembre de 1938 fue detenido, acusado al parecer por André Marty, la máxima autoridad de las Brigadas Internacionales, bajo la acusación de antisoviético y de participar en actividades terroristas, como parte de la Gran Purga. Fue condenado a muerte y fusilado en 1942. Al igual que muchas otras víctimas de las purgas de Stalin, Koltsov fue rehabilitado después de la muerte del dictador, en 1954.
Mijail Koltsov
Diario de la guerra de España
Prólogo de Paul Preston
Mijaíl Koltsov
Diario de la guerra de España
Prólogo de Paul Preston
BackList
Editado por Editorial Planeta, S. A.
Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados.
© Editions Ruedo ibérico, 1963 © Editorial Planeta, S. A., 2009
BaekList, Barcelona, 2009
Diagonal, 662-664,08034 Barcelona (España)
Primera edición: octubre de 2009
Depósito Legal: M. 38.922-2009 ISBN 978-84-08-08K70-7 Preimpresión: Foinsa Edifilm, S. L.
Impresión y encuademación: Huertas Industrias Gráficas, S. A. Printed in Spain, Impreso en España
PRÓLOGO
Este diario de las proezas en España de Mijaíl Koltsov, uno de los periodistas más famosos de la Unión Soviética, se publicó por entregas en Rusia durante la primavera y el verano de 1938, y se convirtió de inmediato en un gran éxito. El diario estaba basado en las crónicas que Koltsov escribió como enviado especial a la guerra civil española, publicadas a diario en Pravdaentre el 9 de agosto de 1936 y el 6 de noviembre de 1937, y ávidamente devoradas por los lectores rusos. Poco después de su publicación a Koltsov lo eligieron diputado en el Soviet Supremo de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia. Se encontraba en pleno apogeo de su popularidad. Una noche, en el Bolshoi, Stalin lo invitó a su palco y le comentó lo mucho que le había gustado el diario de España. En una más que obvia muestra de favor oficial, el dictador invitó entonces a Koltsov a presentar la Historia del Partido Bolchevique, una compilación que había editado el mismo Stalin. Dos días antes de la conferencia, Koltsov recibió un nuevo honor: lo nombraron miembro correspondiente de la Academia de las Ciencias. A última hora de la tarde del 12 de diciembre, un radiante Koltsov cumplió la promesa que le había hecho al líder soviético y ofreció una charla sobre su libro ante el entusiasta público congregado en la Unión de Escritores. Esa misma noche, al llegar a su despacho de Pravda,varios agentes de la NKVD (el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) lo estaban esperando para detenerlo. Después de soportar interrogatorios y torturas durante más de catorce meses, Koltsov fue fusilado. Hasta hoy, siguen siendo un misterio los motivos de la caída en desgracia de tamaña celebridad soviética, pero sin duda guardan relación con los contenidos y la publicación de su diario de España.
Nacido en Kiev en 1898, hijo de un artesano judío, Mijaíl Efimovich Friedland Koltsov logró alcanzar una inmensa popularidad en la Rusia soviética. Abandonó de joven su Ucrania natal para estudiar medicina en la Universidad de San Petersburgo, pero el estallido de la revolución rusa hizo que se decantara hacia la política. Participó en la guerra civil rusa como propagandista político del Ejército Rojo en el frente sur. Se unió al Partido Comunista en 1918 gracias a las cartas de referencia de Trotski y de un viejo bolchevique, Anatoli Lunachars-ki. Koltsov participó en la represión de la revuelta de los marinos que tuvo lugar en Kronstadt en marzo de 1921. A partir de entonces, su fama fue aumentando gracias a sus artículos sobre los primeros vuelos de larga distancia, el más famoso de los cuales había inaugurado la ruta Moscú-Ankara-Teherán-Kabul. Escribió coloristas artículos sobre sus hazañas aéreas, sobre sus experiencias como taxista y sobre sus largos viajes por Asia y Europa. 1Ya desde sus inicios, intercalaba en los escritos periodísticos y literarios sus intrépidas aventuras. Esa tendencia a la autopropaganda se aprecia también en su diario de España y es posible que contribuyera al trágico destino de Koltsov.
Las actividades políticas de Koltsov en los años veinte contenían también la semilla de los problemas que vendrían después. Entró a formar parte de la plantilla de Pravdaen 1922 y trabajó también en la revista Ogonyok,en la que publicó un fotomontaje titulado «Un día en la vida de Trotski», lo cual despertó las iras de Stalin. Tras la deportación de Trotski en 1927, Koltsov renegó de su pasado y pronto alcanzó una considerable popularidad en el mundo de la prensa soviética, en cuyo marco dirigió diversas publicaciones, como Ogonyok, Krokodil, Chudaky Za rubezhom.Llegó a conocer a los mandamases de la NKVD, entre ellos al mismísimo director, el despiadado Nikolái Yezhov, a quien conoció a fuerza de visitar el salón literario que ofrecía Yevgenia, la esposa de éste último. Koltsov dirigió incluso la poderosa Asociación Soviética de Periódicos y Revistas ( Zhurgaz), cosa que lo convirtió en uno de los hombres más influyentes de la política cultural soviética de los años treinta. Por otro lado, y como presidente del comité externo de la Unión de Escritores Soviéticos, desempeñó un papel fundamental a la hora de difundir las políticas del Frente Popular. 2Sin embargo, sus vínculos con Trotski y la oposición de izquierdas lo perseguirían de por vida.
Aunque Koltsov disfrutaba en Moscú de un alto nivel de vida, la posibilidad de trasladarse a España debió de antojársele como el respiro que necesitaba ante la cada vez más opresiva atmósfera política de Rusia. Koltsov fue el primer corresponsal soviético de prensa en viajar a España. Envió su primer despacho a Pravda 3la misma noche de su llegada a Barcelona. Es más, le faltó tiempo para asumir el papel de asesor político de las autoridades republicanas. Las únicas credenciales de que disponía eran las de redactor y enviado especial de
Pravda,pero se le consideró de inmediato una figura de peso. El teniente coronel Felipe Díaz Sandino, consejero de Defensa del recién constituido gobierno catalán de Joan Casanovas, puso un vehículo a su disposición. En el transcurso de apenas dos días, Koltsov se entrevistó con el líder anarquista Juan García Oliver, con los dirigentes del Partit Socialista Unificat de Catalunya (Partido Comunista Catalán), y con el mismo Casanovas. Al día siguiente, Koltsov ya estaba en el frente de Huesca, asesorando al comandante local. Poco después expresó su deseo de conocer al legendario dirigente anarquista Buenaventura Durruti, que se hallaba en Bujaraloz, en el frente de Aragón. Al principio, Durruti no demostró interés alguno en hablar con él, pero cambió de idea cuando leyó, en la carta de presentación que le había enviado García Oliver, las palabras «Moscú» y «Pravda».
A pesar de las ventajas que suponía el acceso a tan importantes políticos, Koltsov no tardó en toparse —lo mismo que el resto de corresponsales– con las dificultades de la censura, de la escasez crónica de líneas de teléfono y del limitado sistema telegráfico español. 4Llegó a Madrid el 18 de agosto y al cabo de veinticuatro horas ya había hablado no sólo con los dirigentes del Partido Comunista, sino también con el ministro de la Guerra, el teniente coronel Juan Hernández Saravia, y con el jefe de gobierno, el doctor José Giral. Al cabo de una semana, Koltsov había conseguido entrevistar al socialista moderado Indalecio Prieto, el cual dirigía desde la sombra la campaña bélica. Que Prieto le hablara sin tapujos del desprecio que le inspiraba Largo Caballero es un reconocimiento no sólo al talento periodístico de Koltsov, sino también a la posición que éste ocupaba. Un día después, y por mediación de Julio Álvarez del Vayo, a quien Koltsov conocía de la época de éste último como corresponsal español en Moscú, pudo entrevistar al presidente Manuel Azaña y al mismo Largo Caballero, el cual se mostró tan poco reservado como Prieto en sus feroces críticas hacia el gobierno del doctor Giral. 5Cuatro días después de ser nombrado jefe de gobierno, el 4 de septiembre de 1937, Largo Caballero recibió de nuevo a Koltsov para otra larga entrevista. 6
El papel de Koltsov en la guerra civil española se ha exagerado hasta lo inimaginable. Se ha llegado a decir, incluso, que hablaba por teléfono con Stalin una o dos veces al día, con el objetivo de comunicarle las últimas noticias acerca de la situación española. El impulsor de esa idea, que con el paso del tiempo ha ido gozando de una aceptación cada vez más amplia, fue Claud Cockburn, periodista anglo-irlandés de ideología comunista e íntimo amigo de Koltsov en España. 7Sin embargo, no por ello resulta más verosímil: la conexión telefónica entre Madrid y Moscú, vía Barcelona y París, no era ni lo bastante operativa ni lo bastante segura como para permitir tales conversaciones, ni siquiera en el caso de que Stalin hubiera mostrado interés por recibir boletines diarios desde España. Tal y como revela una carta de Koltsov a Stalin, los emisarios soviéticos más veteranos se mostraban reacios a enviar información incluso por telegrama, método que permitía la codificación, así que no digamos ya por teléfono, un sistema que se podía intervenir con relativa facilidad. 8
Sea como fuere, lo que sí se puede afirmar es que a pesar de que oficialmente Koltsov no era más que el corresponsal del diario Pravda,desempeñó en España un papel que iba más allá de sus meras responsabilidades periodísticas. Muchos testigos presenciales de la época constataron la importancia de Koltsov. Santiago Carrillo, por aquel entonces consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid, se refirió a él como alguien que, sencillamente, tenía mucha más influencia que cualquier otro corresponsal. Durante el sitio de la capital, parecía incluso más importante que el embajador Marcel Rosenberg. El experto sovietólogo Louis Fischer, que en aquella época mantuvo frecuentes contactos con Koltsov, lo describió como «corresponsal de Pravdaen España y, oficiosamente, los ojos y los oídos de Stalin en el país». 9Hemingway se refirió a Koltsov como «uno de los tres hombres más importantes de España». 10El novelista Iliá Ehrenburg escribió: «Los españoles lo consideraban no sólo un periodista famoso, sino también un asesor político. Resulta difícil imaginar el primer año de la guerra civil española sin Koltsov.» 11Comandante de la NKVD, Lev Lazarevich Nikolsky, conocido como Aleksandr Orlov, coincidía en España con Koltsov desde septiembre de 1937, y luego, en unas memorias poco fiables, afirmó que Stalin había enviado a Koltsov a España «en calidad de observador personal», lo cual es como no decir nada, ya que es justamente lo que cabría esperar del veterano corresponsal de Pravda. 12"Estas opiniones han pasado a formar parte de la historia aceptada de la guerra civil española. Hugh Thomas, por ejemplo, presenta a Koltsov como «el más que probable agente personal de Stalin en España, con línea directa al Kremlin de vez en cuando». Con menos exageración, la historiadora rusa Olga Novikova lo considera «un enlace entre Stalin y las autoridades españolas». 13
Uno de los rasgos más fascinantes del diario de Koltsov es la forma en que éste separó sus tareas periodísticas de otras que tenían un carácter más político-militar. Lógicamente, se atribuyó a sí mismo la obra periodística, pero dejó en manos de un misterioso mexicano llamado «Miguel Martínez» los asuntos relativos a las operaciones con dirigentes políticos y militares. Supuestamente, el tal Martínez había luchado en la revolución mexicana y, como el mismo Koltsov de joven, había tomado parte también en la primera guerra mundial y en la guerra civil rusa. Además, la descripción que el minúsculo Koltsov hizo de Martínez indica que podría estar hablando de sí mismo: «Un comunista mexicano de estatura por debajo de la media que, como yo, llegó ayer.» Lleva gafas, igual que Koltsov. 14El texto está repleto de pistas que apuntan a la posibilidad de que «Martínez» y Koltsov fueran en realidad la misma persona. En el diario se describe el espeluznante vuelo de Martínez entre París y Barcelona, en un avión pilotado por Abel Cuides. Tras sospechar que el piloto podría tener planeado llevarlo a la zona rebelde, «Miguel» contempló la posibilidad de disparar a Cuides y luego pilotar el avión él mismo... algo de lo que Koltsov era perfectamente capaz. El 8 de junio de 1937, en Bilbao, Koltsov mantuvo una conversación con Cuides sobre ese mismo incidente, de la cual se desprende que quien iba en el avión y quien había considerado disparar al piloto no era otro que Koltsov. El periodista ruso escribió en su diario que Miguel Martínez iba todas las noches a la redacción del periódico comunista Mundo Obreroy colaboraba en la edición del día siguiente... que es justamente lo que solía hacer Koltsov. En otro momento se dice que, durante la retirada de Talavera, «Miguel Martínez» vio a la escritora María Teresa de León con una pistola pequeña en las manos; más tarde es Koltsov quien recuerda haberla visto con la pistola en ese mismo lugar. 15Por tanto, no es de extrañar que el hermano pequeño de Koltsov —el famoso humorista gráfico de Pravda,Boris Efimovich Friedland, más conocido como Boris Efimov—, los biógrafos Skorokhodovy Rubashkin,y otros estudiosos hayan dado por cierto que «Miguel Martínez» era, en realidad, el propio Koltsov. Enrique Líster, comandante del Quinto Regimiento comunista, que más tarde se convertiría en el núcleo del Ejército Popular, mantuvo contactos frecuentes con Koltsov, tal y como atestigua el diario. Líster le aseguró a Ian Gibson que, en su opinión, Koltsovy «Miguel Martínez» eran sinlugar a dudas la misma persona. 16Sin embargo, ese hecho no aclara por qué Koltsov creyó necesario inventarse a «Miguel Martínez». Es bastante obvio que en realidad fue Koltsov quien llevó a cabo muchas de las actividades atribuidas al mexicano. Sin embargo, es posible que otras no, lo cual explicaría por qué Líster, ferviente prosoviético, se esforzó por ocultar la verdadera identidad de «Miguel Martínez» o, por lo menos, de alguna parte integrante del mismo. En sus memorias del sitio de Madrid, Vicente Rojo, jefe republicano del Estado Mayor, dice haber conocido a «Miguel Martínez» y su trabajo con el Quinto Regimiento. No cabe duda de que Koltsov conoció a Rojo y, es más, escribió sobre él en diversas ocasiones. 17En consecuencia, el hecho de que Rojo se refiriera a «Martínez» y no lo identificara con Koltsov llevó tanto al estudioso ruso Boris Volodarski como al historiador español Ángel Viñas a sospechar que existía un auténtico «Miguel Martínez» que había mantenido contacto con Rojo. Basándose en las investigaciones de Boris Volodarski en los archivos de la seguridad rusa, llegaron a la conclusión de que por lo menos algunas actividades atribuidas a «Miguel Martínez» no las llevó a cabo Koltsov, sino un agente soviético de origen lituano. El hombre en cuestión, Jvozas Grigulavicius, conocido en la «Dirección S» (Ilegales) de la NICVD-KGB como lósif Romualdovich Grigulévich (con nombres de código ARTUR, MAKS y FELIPE), tenía veintitrés años y era miembro del «cuerpo de operaciones especiales» de la NKVD, una sección especializada en el asesinato, el terrorismo y el sabotaje en suelo extranjero. Había aprendido español en Argentina y había llegado a España en 1936. Más tarde dirigiría el primer atentado contra la vida de Trotski en México. En consecuencia, el «Miguel Martínez» que describió Koltsov podría haber sido en realidad una amalgama de varios individuos: el mismo Koltsov, Grigulévich y, posiblemente, el agregado militar ruso, el general Vladimir Gorev. Gorev era consejero militar en Madrid, enviado por la inteligencia militar soviética (GRU), e informó a Moscú de que Koltsov «ejecutaba al pie de la letra todas las órdenes que yo daba en relación con la defensa de la ciudad». 18
Nadie pone en duda que Koltsov, como redactor de Pravda, se beneficiaba de un trato de favor en tanto que observador de Stalin. Sin embargo, ello no explica las proporciones reales del activo papel que Koltsov / «Miguel Martínez» desempeñó en una amplia variedad de cuestiones políticas y militares, cosa que indudablemente estaba más allá de la capacidad de un solo hombre. Cuando el 21 de septiembre de 1936 las milicias republicanas se retiraron de Maqueda, en la carretera de Talavera a Madrid, K/MM estaba allí, pistola en mano, tratando de impedir la retirada. En este caso, K/MM era probablemente Koltsov, pues no es creíble que Gorev o Grigulévich se hallaran en el frente de batalla. En la capital sitiada, K/MM actuaba como asesor de los dirigentes comunistas y como estrecho colaborador de Julio Álvarez del Vayo, quien el 17 de octubre había recibido el nombramiento de comisario general del ejército, lo cual lo convertía en la práctica en jefe del cuerpo de comisarios. En lo que respecta a sus encuentros con Del Vayo, «Miguel Martínez» podría haber sido en algunos momentos Koltsov y, en otros, Gorev. Antes incluso de ese momento, K/MM obtenía copias de comunicaciones enemigas interceptadas por radio. Dado que el ejército republicano no disponía de la capacidad necesaria para interceptar las comunicaciones enemigas, de esa tarea tuvieron que hacerse cargo tres especialistas militares soviéticos llegados en octubre de 1936. Por tanto, la persona que recibió copias de las comunicaciones interceptadas tuvo que ser Gorev, en su calidad de agregado militar y jefe local de la inteligencia militar. Se sabe que, el 28 de octubre, K/MM explicó a las unidades del Quinto Regimiento comunista cómo llevara cabo los ataques con tanques. 19Si fue Koltsov, es lógico pensar que estuviera transmitiendo los consejos del verdadero especialista en tanques, Gorev, lo cual alimenta la sospecha de que quien dio las explicaciones fue en realidad el propio Gorev.
Una importantísima intervención de «Miguel Martínez» es la que tiene que ver con el proceso de toma de decisiones sobre la evacuación de Madrid y posterior ejecución de los derechistas encarcelados, uno de los episodios más controvertidos de la guerra civil española. En el diario, «Miguel Martínez» señala con insistencia a los dirigentes comunistas el peligro de permitir que los militares que se hallaban entre los prisioneros pasaran a engrosar las filas de los rebeldes. Preocupado por «los ocho mil fascistas encarcelados en diversas prisiones de Madrid», que amenazaban con convertirse en un auténtico problema como peligrosa «quinta columna», «Miguel Martínez» acudió en distintas ocasiones al cuartel general del Partido Comunista y a las oficinas de la Intendencia Militar para interesarse por lo que se había hecho y proponer ideas sobre cómo organizar la evacuación. 20Boris Volodarski es de la opinión de que, al describir las actividades de «Miguel Martínez» en relación con la evacuación de los presos políticos de derechas, en realidad Koltsov estaba anotando en su diario las de
Iósif Grigulévich. La operación se saldó finalmente con el asesinato de un gran número de presos, pero sigue sin aclararse quién fue el responsable directo de esas muertes. En la decisión de evacuar intervinieron muchas personas y el resultado final se produjo de forma gradual, acumulativa. No obstante, Grigulévich estaba al mando de una unidad especial cuyos integrantes habían sido reclutados de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) y, según parece, dicha unidad desempeñó un papel clave la noche del 7 de noviembre y el día siguiente en la recogida y traslado de los presos. 21Es más, Grigulévich se había convertido en íntimo amigo y colaborador de Santiago Carrillo a quien se había presentado con el nombre falso de José Escoy. Carrilo, como líder de las JSU y consejero de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid, ha sido acusado con frecuencia de implicación en todo el complicado asunto conocido después como Paracuellos . 22"
El diario de Koltsov da a entender que «Miguel Martínez» protagonizó un papel decisivo en la creación del sistema de comisarios políticos para levantar la moral de las tropas. Según él, «Miguel Martínez» fue quien introdujo la práctica de que los comisarios enviaran con regularidad informes políticos de sus unidades al alto mando militar. Dado que en la época ésa era una práctica habitual del Ejército Rojo, es posible que o bien en este caso «Miguel Martínez» fuera Koltsov limitándose a transmitir las recomendaciones de sus colegas asesores rusos, como Gorev, o bien que el mencionado «Miguel Martínez» fuera en realidad Gorev o cualquier otro «asesor». Según se desprende del diario, «Miguel Martínez» no sólo tenía acceso a esos informes, sino que de vez en cuando incluso los escribía. 23Si bien no cabe duda de que la introducción en España del sistema de los comisarios se basaba en el modelo surgido durante la guerra civil rusa, el nombre de Koltsov no figura entre los citados por las fuentes españolas como impulsores del desarrollo de dicho sistema en España. Sin embargo, cabe la posibilidad de que, gracias a su estrecha relación con el Quinto Regimiento comunista, sus consejos resultaran cruciales. 24Koltsov escribía para Milicia Popular,el periódico del Quinto Regimiento. Además, mantenía una más que cordial relación con Enrique Líster, aunque ese hecho no prueba nada. Lo mismo puede decirse de Gorev. Koltsov escribía para Milicia Popular,el periódico del Quinto Regimiento. 25No se puede tener una total certeza, pero es muy probable que el «Miguel Martínez» implicado en el desarrollo del sistema de comisarios fuera alguien distinto de Koltsov.
En su diario, Koltsov habla de la relación de «Miguel Martínez» con Álvarez del Vayo y lo hace en unos términos que otorgan credibilidad a la participación del primero en el sistema de comisarios. El 23 de octubre de 1936, Koltsov escribió que todos los días a las seis de la tarde, el comisario general Álvarez del Vayo se reunía en el Ministerio de la Guerra con los cinco subcomisarios, otros dos comisarios y «Miguel Martínez». Si nos lo creemos al pie de la letra, eso implicaría que Koltsov era algo más que un simple corresponsal. Parece mucho más verosímil, desde luego, pensar que quien participaba en dichas reuniones era Gorev, o bien Koltsov obedeciendo órdenes de Gorev. 26
Está claro que Koltsov se sentía más feliz y más vivo en Madrid que en la funesta atmósfera de las purgas moscovitas. Es posible que apoyara públicamente las purgas de Stalin, pero de lo que no cabe duda es de que cada vez se sentía más incómodo al respecto. Experimentó una gran alegría al conocer la noticia de que la Unión Soviética había decidido enviar aviones, tanques, artillería y otras clases de armamento para ayudar a la República española. 27No se puede poner en duda su extraordinaria capacidad de trabajo ni su arrollador entusiasmo hacia la causa republicana, si bien tampoco se puede negar que algunos autores exageran, aunque sea con buena intención. Gleb Skorokhodov, su primer biógrafo, refundió a Koltsovy a «Miguel Martínez» e hizo una absurda afirmación: según él, a Koltsov se le encomendó a finales de octubre la tarea de ultimar las instrucciones del Ministerio de la Guerra para la defensa de Madrid. 28Es inconcebible pensar que los estrategas responsables de tal cuestión, los generales Jan Berzin y Gorev, y el jefe republicano del Estado Mayor, Vicente Rojo, hubieran permitido tal intrusión por parte de un aficionado. El error de Skorokhodov es un indicio más de que no sólo «Miguel Martínez» era una amalgama de individuos, sino también de que un componente fundamental de esa amalgama era Gorev.
Cuando el gobierno abandonó Madrid, Koltsov tomó la valiente decisión de quedarse, decisión que se convirtió en el preludio de su mejor momento. Gorev, quien asesoraba oficiosamente al general José Miaja, presidente de la Junta de Defensa de Madrid, hablaba a diario con Koltsov. Emma Wolf, amante e intérprete del agregado militar ruso, evocó dichos encuentros. Según ella, Gorev escuchaba con mucha atención todo lo que Koltsov decía, pues lo consideraba la persona más informada sobre lo que acontecía tanto en el frente como en la retaguardia. 29Incluso dejando a un lado lo que parecen haber sido las actividades de los otros elementos constituyentes de «Miguel Martínez», no se puede dudar que Koltsov estaba completamente entregado a la causa republicana. Cuando las cosas empezaron a ir mal, no pudo evitar pasar a la acción.
Un estudioso alemán llegó a sugerir que Koltsov estaba al mando de una sección de tanques rusos con la cual desempeñó un importante papel en las batallas de Pozuelo y Aravaca (4-14 de enero de 1937). Se trata sin duda de una inmensa exageración basada en una anotación de su diario en la cual relata que recorrió el campo de batalla subido en un carro blindado, lo que hizo con el entusiasmo de un adolescente. 30A pesar de esa agenda repleta de acción, Koltsov tenía tiempo suficiente para enviar a Rusia un flujo constante de largos y vivos artículos. Sin embargo, es imposible saber si Koltsov hizo todo o parte de lo que relata en su diario gracias a una autorización o acreditación especial del mismísimo Stalin. 31Es igualmente verosímil pensar que si destacó tanto fue, en gran parte, debido a su energía, a su seguridad en sí mismo y a su impaciencia con la falta de organización republicana, que muchas veces lo llevaba a inmiscuirse en las situaciones y dar consejos en tono imperativo. Tal vez se le permitiera asumir un papel dominante precisamente porque se creía que Stalin le había entregado algún tipo de acreditación.
Las memorias del cámara Román Karmen confirman algunas de las cuestiones que se mencionan en el diario de Koltsov. Estuvieron juntos, por ejemplo, en el sitio del Alcázar de Toledo. Más tarde, del 7 al 17 de octubre de 1936, Karmen se embarcó con Koltsov en una gira por el País Vasco y Asturias para visitar los frentes del norte, durante la cual los acompañó Paulina Abramson en calidad de intérprete. Tanto Koltsov como Karmen decidieron, haciendo caso omiso de las instrucciones del embajador ruso Marcel Rosenberg, no retirarse a Valencia con el gobierno, quedándose en cambio en Madrid durante el sitio rebelde. 32El 6 de noviembre, Karmen acudió a la sede central del PCE y se encontró a Koltsov charlando con Pedro Checa, quien en su calidad de secretario de organización del Comité Central era la cabeza en funciones del partido. 33Karmen se sentía fascinado por la energía y las muchas facetas de Koltsov: «Un agudo cronista de extraordinarios acontecimientos, un animal político, un soldado intrépido» a quien también le gustaba vivir bien y que se mostraba siempre alegre y jovial. 34En una ocasión, sin embargo, hablando con Gustavo Regler, el comisario alemán de la XII brigada internacional, Koltsov, se quitó las gafas para limpiarlas. Al volver a ponérselas dijo, en un tono triste y profétieo: «Sin gafas todo me parece negro. Si algún día me fusilan, les tendré que decir que no me quiten las gafas antes de disparar.» 35
Este ocasional pesimismo de Koltsov tenía su origen en las noticias que le llegaban sobre el creciente número de ejecuciones en Moscú. Gustav Regler creía que los asesores rusos enviados a España se enfrentarían con un destino trágico cuando regresaran a casa: «Al convertirse en partisanos de la República española, fue como si hubieran vuelto a nacer: ¡se transformaron en hombres nuevos! Los vientos de la Sierra y la España heroica alejaron el hedor de Moscú.» 36Ese «hedor de Moscú» se percibía en el asesinato de Andreu Nin. En diversos artículos publicados en Pravda elzvestiya, ymás tarde reproducidos en L'Humanitéy otros periódicos comunistas europeos, Koltsov denunció al POUM como «una formación de agentes de Franco, Hitler y Mussolini que llevan a cabo actos de traición en el frente y asesinatos trotskistas-terroristas en la retaguardia». Sus escritos sobre el POUM, tras el cual Koltsov intuía «la mano criminal de Trotski», se publicaron en un panfleto titulado «Pruebas de la traición trotskista.» 37Si bien Koltsov se ausentó de España entre el % de abril y el 24 de mayo de 1937, siguió escribiendo artículos para Pravdaen los que reproducía la versión comunista oficial, según la cual Nin había sido liberado de su arresto por agentes nazis. 38Sin embargo, no estaba ni mucho menos sólo en esa cuestión. De hecho, el POUM se menciona menos de diez veces en el diario de Koltsov. La entrada más larga, fechada el 21 de enero de 1937, es más irónica que despiadada en la descripción de los dirigentes del POUM y considera irrelevantes tanto el POUM como el trotskismo. 39