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Cyteen 1 - La Traicion
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Автор книги: C. J. Cherryh



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C.J. Cherryh

CYTEEN 1:

LA TRAICIÓN

PRESENTACIÓN

En nuestros días ya es posible hablar de la ingeniería genética como de una realidad. Todo empezó cuando el D. Watson y Francis Crick descubrieron la estructura en doble hélice de la molécula del ácido desoxirribonucleico (ADN) de los cromosomas y, con ello, el mecanismo básico de la herencia. Esto ocurrió a principios de los años cincuenta y supuso para dichos científicos la obtención del premio Nóbel en 1962.

El hallazgo también significó, sin embargo, el inicio de la especulación sobre las posibilidades de alterar voluntariamente dicha estructura molecular y, con ello, el nacimiento de una de las tecnologías más prometedoras de los últimos años: la ingeniería genética. Esta novísima tecnología ya ha tenido éxito en varias aplicaciones. Las más conocidas son la obtención de recientes variedades de plantas para mejorar los rendimientos de la agricultura y la fabricación de nuevos medicamentos derivados de bacterias modificadas por ingeniería genética.

No obstante, la especulación principal en torno a estos temas se refiere, casi siempre, a la posibilidad de intervenir también en la dotación cromosómica de los seres humanos o en su reproducción. Uno de los más ambiciosos proyectos científicos de la actualidad es precisamente la elaboración de una gran base de datos con la estructura cromosómica humana, lo que ha dado en llamarse elgenoma humano.

No es éste el momento para abordar los complejos problemas morales y éticos que la ingeniería genética pueda plantear. Pero es obligado reconocer que una de las especulaciones más frecuentes e interesantes en la reciente literatura especulativa que compone la mejor ciencia ficción de los últimos años es, precisamente, la posibilidad de obtener copias de los seres vivos por el mecanismo de duplicar sus células. En esto consiste el procedimiento llamado clonación.

La clonación, una forma de la reproducción asexual, es una realidad conocida y natural en el mundo de los vegetales. Sin embargo, la complejidad de los seres que componen el mundo animal necesita tal vez de la reproducción sexual, en la que una célula masculina y otra femenina se fusionan para formar el nuevo embrión. Por el contrario, unclon es en realidad un ser vivo obtenido de forma asexual a partir de un único progenitor. Un procedimiento que, como ya se ha dicho, es una realidad en el mundo vegetal pero, hasta ahora, algo imposible en el mundo animal de alto nivel de complejidad.

El hecho de que la clonación sea todavía impracticable en la realidad actual no impide que la buena literatura especulativa, de base científica, haya tratado este aspecto de la ingeniería genética. Y, junto a la clonación, también se ha especulado sobre la reproducción asexual controlada fuera del útero materno. Incluso un gran clásico comoun mundo feliz (1932), de Aldous Huxley, arranca precisamente de la posibilidad de la «fabricación» de seres humanos en centros de incubación y condicionamiento.

La mayoría de las narraciones de ciencia ficción que giran en torno a la clonación suelen abordar la paradoja de esos seres iguales obtenidos artificialmente. Un tratamiento ya habitual en este campo es el de profundizar en los problemas psicológicos que se derivan de la existencia de una multiplicidad de clones de un mismo individuo, o incidir en las posibilidades narrativas y de aventura que esta repetición de personajes facilita. Ejemplos destacados de estas dos líneas arguméntales son novelas comodonde solían cantar los dulces pájaros (1976), de Kate Wilhelm, eY algunos eran clones (The Hophiuchi Hotline, 1977), de John Varley.

En cierta forma, tras una gran incidencia y repetición del tratamiento de los clones en la ciencia ficción de finales de los años setenta, éste parecía un tema claramente resuelto en el que cabían pocas novedades. Y así fue hasta que apareciócyteen.

Casi de improviso, Cherryh nos demuestra con este, interesante novela que habíamos olvidado lo más importante: el difícil aprendizaje que hace posible que una personalidad se construya como tal. La ingeniería genética puede proveer la base física y tecnológica de la reproducción de un ser vivo por clonación, pero debe ser la psicología la que permita crear las técnicas destinadas a reproducir una personalidad humana que, en definitiva, es algo más que unas hélices dobles de ADN dispuestas de una forma concreta.

Es conocido el hecho de que dos gemelos univitelinos (con la misma dotación cromosómica), educados en ambientes distintos, desarrollan personalidades diferentes. La base genética y las constantes heredadas son las mismas, pero la personalidad se construye esencialmente con la educación y la incidencia de las experiencias diarias que, poco a poco, conforman una manera de ser.

Existe entre los expertos en psicología evolutiva una ineludible discusión sobre el peso de los factores genéticos y educacionales en la construcción de una personalidad. Hay mucha ideología en el debate y se han mencionado con frecuencia los pesos relativos de cada uno de los dos factores. Algunos hablan de mitad y mitad, y otros de proporciones como un veinte contra un ochenta por ciento de cada uno de los dos factores: herencia y educación. Sea cual fuere la verdad, es inevitable reconocer que en la formación de una personalidad humana debe tenerse en cuenta el papel, hoy parece que determinante, de la educación recibida.

Y ésa es la novedad que aportacyteen de C. J. Cherryh. Una novedad que hace evidente la (ahora visible) superficialidad de las anteriores especulaciones elaboradas, en torno a la clonación.

Pero no es éste el único tema importante decyteen.

En esta impresionante y gran novela, el planeta Cyteen ha sido dominado durante cincuenta años por Ari Emory, la genial especialista en genética que dirige el complejo científico de Reseune y maniobra hábilmente en la política galáctica desde su puesto en el Concejo de los Mundos. Pero Ari es asesinada por sus enemigos y Reseune se ve obligado a intentar un novedoso experimento genético: la «fabricación» de un clon de la propia Emory de modo que pueda ser libre y autónomo. La nueva Ari II deberá formarse y crecer en medio de una intriga política de grandes proporciones hasta que desarrolle de nuevo la personalidad de su antecesora, aunque nadie sabe todavía si ello es realmente posible.

La novela también describe el fracaso de una experiencia anterior en la que se había intentado duplicar a una destacada especialista de la ciencia física. Sin embargo, la existencia de una amplia documentación sobre la vida de Ari Emory debería permitir incluso la duplicación psicológica de su personalidad. Este es el tema central de un libro que sorprende al mismo tiempo por su amenidad, por la seriedad de sus planteamientos y, asimismo, por el gran interés que despiertan otros temas complementarios.

Cherryh también nos habla encyteen de losazi, los seres humanos obtenidos por reproducción artificial y, lo que es más importante, educados con cintas de enseñanza que programan sus comportamientos y personalidades. Nos muestra así una posible profesión del futuro, la de los programadores de esas cintas educativas y el grado de manipulación psicológica que ello comporta. Obviamente, con ello introduce el tema casi inevitable de lo que significa ser humano. Cherryh contrapone claramente la educación inducida con cintas de enseñanza a la formación habitual de los seres humanos (los ciudadanos reconocidos legalmente en Reseune) que, como nosotros, construyen su personalidad a través de la extensa variedad de experiencias por las que pasan en su camino a la vida adulta.

Por todo ello,cyteen es una de las novelas fundamentales de la moderna literatura que trata con amenidad temas trascendentes: la ingeniería genética y la clonación, sin olvidar los problemas psicológicos que plantean, el papel de la herencia y la educación en la maduración de una personalidad inteligente, y la brillante especulación de cómo los mecanismos de la psicogénesis individual y la manipulación psicológica desembocan irremediablemente en la sociogénesis de la historia. Para encontrar una idea de alcance parecido hay que volver la vista a la psicohistoria de Asimov, pero con la novedad de que, aquí, el Han Seldon decyteen, Ari Emory, dispone de una presencia que podría llegar a ser permanente gracias a la clonación.

cyteen apareció en inglés en mayo de 1988 y, de manera casi inevitable, obtuvo el premio Hugo de 1989, el mayor galardón reconocido internacionalmente en el campo de la ciencia ficción y la literatura fantástica. Asimismo, fue la novela que los lectores del influyente fanzine Locus seleccionaron como la mejor de todas las publicaciones, en 1989, en el vasto e impreciso campo de esa literatura especulativa que solemos conocer como ciencia ficción o fantasía.

El gran éxito de la novela hizo que muy pronto, a principios de 1989, se realizara también la edición en formato de bolsillo que, por razones técnicas, tuvo que dividirse en tres volúmenes. Se titularonCyteen: The Betrayal (febrero 1989),Cyteen: The Rebirth (marzo 1989) yCyteen: The Vindication (abril 1989).

Razones técnicas nos han llevado a publicar la versión castellana decyteen también en tres volúmenes. La traducción del inglés suele aumentar la extensión del texto original y, en el formato de NOVA, resulta prácticamente imposible publicar en un único volumen las casi mil doscientas páginas escritas por nuestra traductora.

Llegué a considerar la posibilidad de hacer sólo dos volúmenes en lugar de los tres de la segunda edición norteamericana, y cuando lo consulté con Cherryh, la autora prefirió dejar la decisión en mis manos. Finalmente, he optado por respetar la división en tres volúmenes ya realizada en inglés.

Lo que sí haremos es garantizar la aparición prácticamente simultánea de los tres volúmenes, que ocurrirá entre los meses de octubre y noviembre de 1990:cyteen 1: la traición (octubre 1990),oteen 2: el renacer (noviembre 1990) ycyteen 3: la vindicación (noviembre 1990).

Me parece que así se evita la introducción artificial de nuevas separaciones en una novela que forma claramente una única entidad. Por otra parte, la división en tres partes respeta el esquema tradicional con los consabidos planteamientos, nudo y desenlace que ha llegado a ser un canon habitual en la narrativa y se corresponde, en cierta forma, con la estructura del libro. Además,last but not least, evitará inútiles complejidades y «falsos» títulos inventados en España a los estudiosos del día de mañana. Porque estoy totalmente seguro de quecyteen se convertirá en uno de los hitos básicos en la ciencia ficción: es la primera novela que trata con profundidad y seriedad el tema del aprendizaje y la gran complejidad del empeño por duplicar una personalidad. Todo ello con gran habilidad, inteligencia y amenidad; algo muy difícil de encontrar reunido hoy en día.

Para los que se incorporen concyteen a las historias de ciencia ficción de Cherryh, añadiré que esta novela se inscribe en el marco general de una historia del futuro galáctico de grandes proporciones. En concreto, encyteen se hace referencia a un experimento realizado en el planeta Gehenna cuyas consecuencias se narran enforty thousand 1N ge henna (7 983), todavía inédita en castellano. Se trata precisamente de un ejemplo concreto de cómo la manipulación genética y psicológica puede también incidir en la sociogénesis de la historia.

Más conocidas en nuestro país han sido otras obras de Cherryh ambientadas en el mismo universo del futuro, comola estación DOWNBELOW (1981) que obtuvo también el premió Hugo, aunque de momento sigue inédita en castellano su continuación,merchanter's luck (1982).

Asimismo, cabe recordar el éxito en España de laSaga de Chanur iniciada conel orgullo de chanur (1982), finalista del premio Hugo que no obtuvo ese año por coincidir con el retorno de Asimov a su famosísima serie sobre la Fundación. Las aventuras de Chanur son una verdadera revolución en laspace opera, que Cherryh moderniza y mejora al abandonar el androcentrismo tan habitual en ese subgénero de la ciencia ficción. LaSaga de Chanur nos narra las aventuras de una sorprendente heroína, la capitanahani Pyanfar Chanur, miembro de una curiosa especie de leones antropomorfos inteligentes en cuya cultura se da una peculiar inversión del rol de los sexos, por lo menos del habitual en nuestra cultura.

Perocyteen destaca, incluso entre la brillante obra de Cherryh, porque en ella se dan cita dos de los principales intereses temáticos de esta autora: la respuesta de los individuos ante la presión y las situaciones conflictivas, y el análisis de la evolución de las sociedades. En realidad,cyteen es al mismo tiempo una novela psicológica y una novela de misterio en torno a un asesinato de graves consecuencias incluso políticas, pero también es una detenida especulación sobre el poder y su efecto en el devenir de las sociedades.

En definitiva,cyteen es una de las buenas novelas que la moderna ciencia ficción es capaz de ofrecer en la actualidad, cuando ha alcanzado definitivamente la madurez temática y estilística que la han convertido, por fin, en uno de los géneros más interesantes para el lector inteligente de nuestros días.

miquel barceló




Texto literal de:

LA REVOLUCIÓN HUMANA

«LAS GUERRAS DE LAS COMPAÑÍAS»: # 1

Publicaciones pedagógicas de Reseune: 4668-1368-1,

aprobadas para 80 +

Imagínense toda la variedad de la especie humana confinada a un único mundo, un mundo sembrado con los huesos petrificados de los antepasados humanos, un planeta en el que se esparcían las ruinas de diez mil años de civilizaciones olvidadas, un planeta donde, en el momento en que la humanidad surcó por primera vez el espacio, otros seres humanos todavía cazaban animales, recolectaban frutos silvestres, cultivaban mediante procedimientos ancestrales, hilaban fibras naturales a mano y cocinaban sobre fuegos de leña.

La Tierra debía obediencia a una multitud de dirigentes, cancilleres, reyes, ministros y presidentes; a parlamentos y congresos y comités; a repúblicas, democracias, oligarquías, teocracias, monarquías, hegemonías y partidos políticos que habían evolucionado durante milenios.

Y ése era el mundo que envió por primera vez las sondas a las estrellas.

La estación Sol existía, una estación Sol mucho más primitiva, pero totalmente autosuficiente; gracias a un sistema de desgravación de impuestos a cambio de conocimientos científicos, llevó a cabo una serie de proyectos ambiciosos, entre los que se incluía la primera sonda de exploración estelar y finalmente el primer grupo de naves tripuladas hacia las estrellas más cercanas.

El primer módulo fue, por supuesto, la venerableGaia, que debía llevar el componente estación Alfa a la estrella que entonces se conocía por el nombre de Bamard, y dejar a treinta científicos y técnicos voluntarios en lo que en aquella época significaba un aislamiento inconcebible. Debían construir la estación con la roca y el hielo que se esperaba encontrar en la estrella, realizar investigaciones científicas y se mantendrían en contacto con la Tierra.

Al principio habían pensado enviar propulsores desechables, apenas más complejos que sondas robotizadas de exploración, pero la tripulación exigió que la misión tuviera una capacidad de aborto y retorno parcial que, dadas las probabilidades de fracaso existentes, terminó siendo una posibilidad completa de retorno. Eso suscitó la idea de un módulo impulsado tripulado que se quedara en la estrella de Bamard si ésta no contaba con suficientes materias primas para garantizar la autosuficiencia del módulo Alfa, en cuyo caso,Gaia podría quedarse durante unos años, luego evacuar la estación hasta dejar sólo el núcleo esencial y devolver la misión a la Tierra. Si la estrella resultaba un lugar viable para la estación,Gaia se quedaría sólo alrededor de un año hasta que el módulo estación Alfa alcanzara pleno funcionamiento y quedara estable en su órbita. Luego, volvería a Sol con su pequeña tripulación y devolvería el móduloGaia para una segunda misión. El módulo se revisaría y se pondría a punto, y regresaría con suministros, minerales para la investigación y materiales de los que la naciente estación tal vez no dispondría. Tan importante como los suministros, teorizaban aquellos primeros pioneros, era el vínculo humano, la seguridad de que habría un contacto directo, cara a cara, con otros seres humanos a través de lo que, en aquella época era un espacio inconcebible y muy solitario.

La Tierra, que gracias a los datos transmitidos desde Gaia y la estación Alfa sabía desde hacía años que la misión tenía éxito y que Gaia estaba de regreso, entrenó una tripulación de reemplazo y preparó la misión de retorno, tal como se había planeado.

Pero los tripulantes deGaia, sujetos a los efectos de la relatividad y con un flujo de información que les indicaba que en la lejana Tierra se estaban produciendo cambios crecientes, se sentían más cómodos en la nave que en la comente de una cultura terráquea que ya no les era familiar. El viaje a la estación Sol constituyó una experiencia muy desagradable para ellos, de forma que volvieron a ocuparGaia en un movimiento por sorpresa que desconcertó por completo a las autoridades de la estación y que finalmente les proporcionó el control de la nave y relegó a la tripulación de reemplazo a la espera de la próxima nave.

Otras tripulaciones de misiones posteriores tomaron la misma decisión y acabaron por considerarse viajeros permanentes. Sentían que sus pequeñas naves constituían un hogar, tenían hijos a bordo y cuando las estaciones estelares y los impulsadores que las ayudaban se multiplicaron, apenas si pidieron a la Tierra y a las estaciones estelares combustible, provisiones y los nuevos adelantos para que sus naves tuvieran compartimentos más grandes o propulsión más avanzada, lo que se hubiera descubierto desde el último lanzamiento.

Las estaciones de una docena de estrellas se unieron por el viaje regular de esas naves. Pero en el aislamiento de aquella época, en que los mensajes viajaban sólo a la velocidad de la luz. y las naves todavía más despacio, cada estación estaba al menos cuatro o cinco años atrasada de noticias respecto a cualquier otro lugar habitado por humanos, fuera una nave o una estación, y aprendieron a vivir con esos extraños referentes temporales, que resultaban totalmente ajenos a la población general de la Tierra.

La noticia del descubrimiento de vida inteligente en un planeta de la estrella de Pell, la estrella que la Tierra había llamado una vez Tau Ceti, llegó a la Tierra diez años después de que el acontecimiento tuviera lugar. Los seres humanos llevaban dos décadas conviviendo con los downers cuando las elaboradas instrucciones de la Tierra llegaron a Pell; y todavía La Tierra, asediada por la superpoblación y las crisis políticas debidas sobre todo a las viejas rivalidades internas, había florecido sin embargo mientras constituyó el foco del desarrollo humano. La inesperada migración de los habitantes de las estaciones a la nueva colonia en Pell, que siguió a la perspectiva de una biosfera abundante, una población nativa primitiva y amistosa, y recursos explotables en una órbita libre, se convirtió en una ola imposible de detener. Las estaciones entre la Tierra y Pell se cerraron, interrumpieron el comercio del Gran Círculo y provocaron un caos económico en la Tierra y en la estación Sol.

La Tierra reaccionó tratando de regular la situación a través de un abismo temporal de diez años: los políticos terrestres apenas concebían la fuerza económica que podían adquirir las estaciones que quedaban, dada la concentración de población que provocó la migración a Pell. El incremento de población y el descubrimiento de vastos recursos, combinados con un deseo psicológico de salir a explorar, dieron como resultado que las instrucciones de la Tierra, que se habían enviado veinte años atrás, llegaran en una situación en la que el rápido flujo de los acontecimientos incluso habría hecho significativo un retraso de un mes.

La Tierra se encontró cada vez más aislada, sujeta a las presiones internas de un sistema de comercio en declive, y en un acto desesperado y absurdo impuso un impuesto punitivo que provocó la aparición del contrabando y de un mercado negro muy activo; lo cual, a su vez, causó una caída del comercio en general. La respuesta de la Tierra fue la declaración de un trato de favor para determinadas naves, hecho que provocó hostilidades armadas entre naves de la Tierra y naves construidas en las estaciones y que por tanto no tenían ninguna lealtad hacia su política confusa y muy variable.

Además, la Tierra, convencida de que la emigración de científicos e ingenieros desde el Sistema Solar estaba alimentando a las culturas espaciales con la flor y nata de su población y robándole sus talentos, promulgó una prohibición de emigración, no sólo para viajar desde la Tierra y la estación Sol, sino para los movimientos de ciudadanos de determinadas profesiones de estación en estación.

Gaia hizo su último viaje a la Tierra en 2125, y se fue, jurando no volver.

Una ola generalizada de rebelión y amotinamiento barrió las estrellas; las estaciones fueron abandonadas; las sondas y las misiones buscaron estrellas más lejanas, no por motivos económicos, sino porque cada vez había más gente que deseaba irse, que buscaba libertad política antes de que llegaran las restricciones.

Cuando los habitantes del espacio consideraron que hasta Pell era demasiado vulnerable a la influencia de la Tierra, y cuando la economía ya estabilizada de Pell ofreció menos oportunidades para las inversiones, más provechosas en la fase inicial de una fundación, surgieron las estaciones Viking y Mariner.

En el año 2201, un grupo de científicos e ingenieros disidentes, apoyados por los intereses económicos de Mariner, fundaron una estación en Cyteen, un mundo totalmente diferente de Pell. El brillante trabajo de uno de estos científicos, unido al poder económico de las nuevas industrias de Cyteen, posibilitó la creación de la primera sonda más rápida que la luz en el año 2234, un hecho que alteró la escala temporal de los vuelos espaciales y cambió para siempre la naturaleza del comercio y la política.

Los primeros años de Cyteen estuvieron marcados por un estallido de crecimiento e invención sin parangón en la historia de la humanidad e, irónicamente, por la resurrección de tecnologías totalmente en desuso, extraídas de los archivos de naves: motores de combustión, procesos dependientes de la gravedad, todo lo que sirviera para ayudar a las enormes exigencias de un desarrollo terrestre a gran escala. Además, hubo tecnologías planetarias específicas de Cyteen, para crear enormes bolsas de atmósfera respirable en un medio muerto, todo eso porque Cyteen representaba una oportunidad impresionante para la especie humana. No había población indígena inteligente. Tenía un ecosistema variado y totalmente extraño, en realidad se trataba de dos ecosistemas debido al extremo aislamiento de sus dos continentes, muy distintos entre sí y todavía más de la Tierra o dePe//.

Era el paraíso para un biólogo. Y por la ausencia de vida inteligente, ofrecía la primera cuna para la civilización humana desde la Tierra misma.

La Guerra de las Compañías no sólo estuvo desencadenada por la política. Fue la brusca aceleración del comercio y los cambios de la población, fue la empecinada aplicación de políticas pasadas de moda en manos de agencias terrestres que ya no tenían contacto con las culturas que gobernaban, y finalmente fue la lealtad de un puñado de capitanes mercaderes terrestres, especialmente favorecidos por las leyes, que trataron de mantener un imperio comercial en decadencia para un mundo madre que se había convertido en periférico para el espacio humano.

Fue un esfuerzo condenado al fracaso. Cyteen, que ya no estaba solo en el Beyond y se había convertido en el mundo madre de las estaciones Esperanza, Pan-paris y Fargone, declaró su independencia de la Compañía Tierra en el 2300, un acto que, transmitido con la velocidad de los Más Rápidos que la Luz (MRL), impulsó a la Tierra a construir y enviar MRL armados para poner en vereda a las estaciones rebeldes.

Los comerciantes huyeron de las rutas cercanas a Pell y redujeron así la cantidad de suministros, y la Tierra, incluso con la tecnología MRL, se vio incapaz de suministrar lo necesario para su flota a tanta distancia. Al cabo de unos años, la flota de la Compañía Tierra se dispersó y pasó a realizar actos de piratería y coerción que dejaron totalmente solos a los comerciantes, siempre a causa de los errores de la Compañía Tierra.

La formación de la Alianza de comerciantes en Pell estableció el segundo poder mercantil en el Beyond y terminó con el intento de la Tierra de regir sus colonias espaciales.

El tratado de Pell, sin duda uno de los resultados más irónicos de la guerra, y las ataduras económicas que surgieron de él para tres sociedades humanas que vivían en tres ecosistemas totalmente distintos existen ahora como las fuerzas directrices de una estructura económica nueva que trasciende todas las políticas y todos los sistemas.

Finalmente, el comercio y los intereses comunes han sido más poderosos en los asuntos humanos que todas las naves de guerra que se hayan llegado a enviar.






I

Desde el aire se hacía más patente la aridez de la tierra: vastas extensiones no alteradas por la mano del hombre; desiertos abandonados, duros como lunas; bosques bajos de plantas secas, espinosas, inexplorados excepto por los radares en órbita. Ariane Emory miró hacia abajo por la ventanilla. Ahora estaba en el compartimento de los pasajeros. Su vista, tenía que admitirlo, ya no era tan aguda como en el pasado; sus reflejos ya no tenían la rapidez necesaria para manejar el avión. Podía ir a la cabina, sacar al piloto de su asiento y tomar los controles: era su avión, su piloto y un cielo abierto. A veces lo hacía. Pero ya no era lo mismo.

Sólo la tierra permanecía igual, la mayor parte seguía inalterable. Y cuando miraba por la ventanilla, podría haber sido la imagen de hacía un siglo, cuando menos de cien años atrás la humanidad se había establecido en Cyteen, cuando no se conocía la Unión, la Guerra era apenas un rumor de descontento y la Tierra era exactamente así en todas partes.

Hacía doscientos años, los primeros colonizadores habían llegado a esta remota estrella, habían fundado la estación y habían bajado al mundo.

Unos cuarenta años después llegaban las naves infralumínicas, pocas, perdidas, a tratar de convertir sus estructuras y sus operaciones en Más Rápidas que la Luz; y el tiempo se aceleró, el tiempo transcurrió a velocidades impresionantes, cambió tan rápido que las naves infralumínicas se encontraron con naves que supusieron extraterrestres, pero no lo eran, y esta noticia era peor que la otra. Eran naves humanas. Y el juego cambió por completo.

Las naves espaciales partieron como semillas de una flor. Los laboratorios genéticos situados río arriba, en Reseune, criaron seres humanos tan rápido como podían sacarlos de los tanques-útero, y cada generación produjo otra y trabajó en los laboratorios criando cada vez más y más seres humanos, hasta que hubiera suficiente gente, había dicho su tío, gente para llenar los lugares vacíos, colonizar el mundo, construir más estaciones estelares: Esperanza, Fargone, cada una con sus propios laboratorios y sus propios medios para crear y desarrollar vida.

La Tierra había intentado hacer regresar a sus naves. Demasiado tarde. La Tierra había intentado regir sus colonias con mano dura, cobrarles impuestos. Muy, muy tarde.

Ariane Emory recordaba la Secesión, el día en que Cyteen se declaró independiente junto con sus colonias, el día en que empezó la Unión y de pronto todos fueron rebeldes contra la distante tierra madre. Tenía diecisiete años cuando llegó la noticia desde la estación: Estamos en guerra.

Entonces Reseune formó soldados, duros, obstinados e inteligentes: ah, sí: los formó, los refino y los pulió. Sabían por instinto lo que nunca habían visto en sus vidas, sabían sobre todo para qué habían nacido. Eran armas vivientes que pensaban y calculaban con un único propósito. Ella había ayudado a crear estas formas.

Cuarenta y cinco años después de la Secesión, la guerra continuaba, a veces clandestina, a veces tan remota en el espacio que parecía un hecho histórico, excepto en Reseune. Otras estaciones podían crear soldados y obreros cuando Reseune establecía las formas, pero sólo Reseune tenía la infraestructura necesaria para la investigación y había contribuido a la guerra a su manera oscura, bajo la dirección de Ariane Emory.

Cincuenta y cuatro años de su vida: había visto el fin de las Guerras de las Compañías, había visto la humanidad dividida, las fronteras trazadas sobre el espacio. La flota de la Compañía Tierra había conservado la estrella de Pell, pero los comerciantes de la recién constituida Alianza habían tomado Pell y la habían declarado su base. Sol había tratado de ignorar aquella humillante derrota y salir en otra dirección; lo que quedaba de la vieja flota de la Compañía se había dedicado a la piratería y todavía atacaba a los comerciantes, lo cual era lo mismo que habían hecho siempre, mientras la Alianza y la Unión los cazaban a ellos. Sólo era un interludio. La guerra se había enfriado de nuevo. Siguió adelante en mesas de discusión donde los negociadores trataron de trazar líneas ajenas a la biología y formar fronteras en el espacio ilimitado y tridimensional para mantener una paz que nunca había existido, nunca en toda la vida de Ariane Emory.

Y todo eso podría no haber sucedido todavía. Podría estar viviendo cien años atrás, excepto que el avión era avanzado y elegante, no aquella especie de rompecabezas de avión de carga que volaba entre Novgorod y Reseune cuando todos se sentaban sobre fardos de plástico o sacos de semillas o lo que fuera que estuvieran transportando en el mismo viaje.

En aquella época había pedido que la dejaran sentarse junto a las ventanillas llenas de polvo, pero su madre le había dicho que conectara la pantalla polarizada de todos modos.


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