Текст книги "Antología De Novelas De Anticipación I"
Автор книги: Varios Autores
Жанр:
Научная фантастика
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El doctor Strauss viene por aquí casi todos los días, pero le he dicho que no quiero ver ni hablar con nadie. Se siente culpable. Todos ellos se sienten culpables. Pero yo no le reprocho nada a nadie. Pero resulta muy doloroso,
Julio 7.
No me doy cuenta del paso de las semanas. Oy se que es domingo porque puedo ver a través de mi ventana la gente que va a la iglesia. Creo que he estado en la cama toda la semana pero recuerdo a mistress Flynn que me ha traído comida unas cuantas veces. Me digo una y otra vez que tengo que hacer algo pero luego me olvido o quizás es más fácil no hacer lo que digo que voy a hacer.
Estos días he pensao mucho en mi madre y en mi padre. He encontrado una fotografía de ellos tomada en la playa conmigo, Mi padre tiene un balón muy grande debajo del brazo y mi madre me tiene cogido de la mano, No los recuerdo tal como están en la fotografía. Lo único que recuerdo es que mi padre estaba borracho la mayor parte del tiempo y siempre discutía con mamá por el dinero.
Casi nunca se afeitaba y me arañaba la cara cuando me cogía en brazos. Mi madre dijo que se había muerto pero Prima Millie dijo que había oído a su madre y a su padre que decían que mi padre se había fugado con otra mujer. Cuando se lo pregunte a mi madre me dio una bofetada y dijo que mi padre estaba muerto. No creo que llegue a saber nunca la verdad pero no me importa mucho. (Mi padre me había dicho que iba a llevarme a una granja para ver las vacas, pero no lo hizo, Nunca cumplía sus promesas...)
Julio 10.
Mi patrona mistress Flynn está muy enfadada conmigo. Dice que cuando me ve todo el día tumbado en la cama y sin hacer nada se acuerda de su hijo antes de que lo echara de casa. Ella dice que no le gustan los gandules. Si estoy enfermo es una cosa, pero si soy un gandul es otra cosa y no lo aguantará. Yo le he dicho que creo que estoy enfermo.
Trato de leer un poco todos los días, principalmente cuentos, pero a veces tengo que leer la misma cosa una y otra vez porque no sé lo que quiere decir. Y escribir es muy difícil. Sé que tendría que mirar todas las palabras en el diccionario, pero es muy difícil y siempre estoy cansado.
Luego he tenido la idea de utilizar sólo las palabras fáciles en vez de las difíciles. Esto ahorra tiempo. Llevo flores a la tumba de Algernon una vez a la semana.
Mistress Fliynn cree que estoy loco por llevarle flores a un raton, pero yo le he dicho que Algernon era un raton especial.
Julio 14.
Es domingo otra vez. No tengo nada que hacer para distraerme porque mi aparato de televisión está estropeado y no tengo dinero para arreglarlo. (Creo que he perdido el cheque del laboratorio de este mes. No lo recuerdo.)
Tengo terribles dolores de cabeza y la asperina no me alivia. Mistress Flynn sabe que estoy realmente enfermo y está muy preocupada por mí. Es una mujer maravillosa cuando alguien está enfermo.
Julio 22.
Mistress Flynn ha llamado a un médico para que me visite. Tenía miedo de que me muriera. Le he dicho al médico que no estaba enfermo y que sólo perdía la memoria algunas veces. Él me ha preguntado si tenía amigos o parientes y yo le he dicho que no tenia ninguno. Le he dicho que había tenido un amigo llamado Algernon pero era un raton y hacíamos carreras. Me ha mirado de un modo muy raro, como si creyera que yo estaba loco.
Sonrió cuando le he dicho que yo había sido un genio, Me habló como si yo fuera un chiquillo y le ha guiñado el ojo a mistress Flynn. Me he enfurecido y le he hecho salir de mi cuarto porque se estaba riendo de mí del modo que todos solían hacer.
Julio 24.
He estado mirando algunos de mis antiguos informes de progresos y son muy divertidos pero no puedo leer lo que escribí. Puedo leer las palabras pero no tienen ningún sentido.
Miss Kinnian ha venido a verme pero yo le he dicho márchese yo no quiero verla a usted. Ella ha llorado pero no la he dejado entrar porque no quiero que se ría de mí. Le he dicho que ya no la quería. Le he dicho que ya no quería ser listo nunca más. Esto no es verdad. Todavía la quiero y todavía quiero ser listo pero tenía que decirle aquello para que se marchara. Ella le ha dado dinero a mistress Flynn para pagar la pensión. Yo no quería esto. Yo quiero tener un trabajo.
Por favor... por favor que no me olvide de cómo se lee se escribe...
Julio 27.
Mister Donnegan estuvo muy amable cuando fui a pedirle mi antigua plaza. Al principio me miró con sospecha pero yo le dicho lo que me había ocurrido y entonces el pareció ponerse triste y ha puesto su mano en mi hombro y me ha dicho Charlie Gordon la plaza es tuya.
Todo el mundo me ha mirado cuando he subido arriba y he empezado a trabajar en los lavabos limpiándolos como hacía antes. Me he dicho a mi mismo Charlie si se rien de ti no te preocupes recuerda que ellos no son tan listos como habías creido que eran. Y ademas ellos eran amigos tuyos y si se reian de ti esto no significaba nada porque ellos también te querian a ti.
Uno de los hombres que entro a trabajar en la fabrica despues de marcharme yo se ha acercado a mi y me ha dicho Charlie he oido decir que eres un tipo muy listo, Di algo inteligente. Me ha sabido mal pero Joe Carp le ha agarrado por la camisa y le ha dicho deja a Charlie en paz estupido o te rompere la cara. Yo no esperaba que Joe se pusiera de mi parte de modo que creo que es realmente mi amigo.
Mas tarde Frank Reilly ha venido y me ha dicho Charlie si alguien te molesta a ti me llamas a mi o a Joe y nosotros nos ocuparemos de el. Yo le he dicho gracias Frank y he quedado tan emocionado que he tenido que meterme en uno de los lavabos para que no me viera llorar. Es bueno tener amigos.
Julio 28.
Hoy he hecho una tonteria me he olvidado de que ya no estaba en la clase de miss Kinnian en el centro de adultos como antes. He ido allí y me he sentado en mi antiguo asiento en el fondo de la clase y ella me ha mirado muy extrañada y ha dicho Charlie. Yo no recuerdo que antes me hubiera llamado a mi solo Charlie de modo que he dicho hola miss Kinnian estoy preparado para mi lección de hoy pero he perdido el libro de lectura que estabamos utilizando. Ella ha empezado a llorar y se ha marchado de la clase y todo el mundo me ha mirado y he visto que no era la misma gente que había en mi clase.
Luego de repente he recordado algunas cosas de la operación y cuando yo era mas listo y me he marchado antes de que miss Kinnian volviera a la clase.
Por esto me marcho de Nueva York. No quiero que miss Kinnian tenga pena por mi. En la frabica todo el mundo tiene pena por mi y yo no quiero esto de modo que me marcho a algun lugar donde nadie sepa que Charlie Gordon fue un genio por un tiempo y ahora no puede ni siquiera leer un libro ni escrivir bien.
Me llebare un par de libros y aunque no pueda leerlos are muchas practicas y tal vez no olvide todas las cosas que aprendi. Si ago muchas practicas tal vez sere un poco mas listo de lo que era antes de la operasion. Me llevo mi pata de conejo y mi penique de la suerte y tal vez me ayuden.
Si llega a leer esto miss Kinnian no se preocupe por mi yo estoy contento de aber tenido una segunda oportunidad de ser listo porque aprendi un monton de cosas que ni siquiera sabia que estaban en este mundo y me alegro de haberlas bisto un poco, No se porque soy tonto otra vez ni que he hecho mal quisaz no trabaje vastante. Pero si yo trabajo y practico mucho quisaz sere un poco más listo y sabre lo que son todas las palabras. De todos modos, me alegro de aber sido la primera persona tonta del mundo que a descubierto algo importante para la siencia. Yo recuerdo haber echo algo pero no recuerdo que. Pero creo que era algo bueno para todas las personas tontas como yo,
Adios miss Kinnian y doctor Strauss y todo el mundo.
Y P. D. por favor digan al doctor Nemur que no sea tan gurñon cuando la gente se rie de el y asi tendra más amigos. Es fasil acer amigos si uno deja que la jente se ría de el. Donde yo boy tendre montones de amigos.
P. P. D. Por favor si pueden pongan algunas flores en la tumva de Algernon en el patio trasero...
Las Trece Brujas De Witch
Leigh Richmond
El programa IWC era un boletín informativo por Bill Howard, y aquella noche las noticias eran particularmente desagradables.
Bill, con su ancho rostro de facciones vulgares, inclinado a través de una mesa escritorio hacia el televidente, hablaba en tono horrorizado de la peste-submarina que, según la opinión general, se había originado en el Canal de Suez, esparciéndose a través de El Cairo.
Es fácil suponer,dijo Bill a su auditorio , que las naciones más interesadas en crear una crisis en el mundo en estos momentos han llevado el submarino allí para tener una coartada y acusarnos a nosotros. Es indudable que el submarino está allí, y que ha sido construido en América, y que la epidemia es real. El grupo investigador de las Naciones Unidas, que mañana saldrá hacia la zona del Canal para ofrecer su informe al mundo, se encontrará con que la epidemia había sido provocada por bacterias cultivadas en un laboratorio y trasladadas por un submarino construido en América. Esto es, Suponiendo que no existan m s complicaciones, lo que dirán en su informe.
A los ojos del mundo,continuó Bill , el problema no es ya el saber si ha estallado o no la guerra bacteriológica, sino quién la ha empezado... y el hecho de que el submarino lleve la marca de los Estados Unidos y sea de construcción norteamericana no responde en absoluto a la pregunta.
La guerra bacteriológica ha estallado, y nadie puede imaginar dónde dará el próximo golpe.
Pero hay una cosa segura, y es que la guerra bacteriológica ha estallado.
Con aquella frase terminó el boletín de noticias, y a continuación aparecieron en la pantalla las trece brujas, marca de fábrica de la International Witch Corporation.
Harvey Randolph, fabricante de los productos Witch, se inclinó hacia la pantalla con gran atención. Acababa de contratar con Burton, Dester, Duston & Oswald, la organización de un nuevo lanzamiento publicitario para sus productos.
Las trece brujas tenían las piernas largas, de danzarina, y llevaban unas altas caperuzas negras de bruja, y unas largas capas negras, con ribetes carmesí. Todas tenían largos cabellos que ondeaban al viento mientras bailaban.
Randolph se mordió el labio inferior, contemplando pensativamente a las brujas.
Habían aparecido en la pantalla entonando un canto parecido al grito de las walquirias.
¡Brujas del mundo, uníos!
¡Uníos para hacerlo limpio, limpio, limpio!
Witch limpia... ¡AHORA!
Hum, pensó Randolph. El canto resultaba casi irritante después de aquella frase final la guerra bacteriológica ha estalladodel boletín de noticias. Pero aquel dramático final del boletín de noticias no era una cosa corriente.
Las brujas seguían cantando mientras bailaban. Ninguna tarea es demasiado grande, ninguna tarea es demasiado pequeña-cantaban—. ¿Qué producto Witch necesita usted? Debería usted tenerlos todos...
Cada bruja, desde luego, encarnaba a un producto especial de la cadena Witch: detergente, jabón, champú; limpiacristales, desengrasante líquido... Witch jabón o detergente, Witch limpia rápidamente...
¿Qué producto Witch necesita usted? Debería tenerlos todos...
Randolph pensó que era un programa publicitario como otro cualquiera. La gran innovación planeada por BDD amp;O llegaría a continuación.
Y llegó. En la pantalla, detrás de las brujas, apareció un mapa del Canal de Suez, y luego un modelo en cartón piedra del hocico de un submarino, y una cabaña, y un sudario gris colgando sobre ellos.
Mientras las brujas daban media vuelta y empezaban a bailar hacia el decorado, la voz en off del locutor anunció:
¡Brujas del mundo, uníos! Si Nasser tuviera bastantes brujas
[2] , podría resolver la crisis que nos tiene a todos sobre agujas...
Y las brujas, bailando acompasadamente, se acercaron al submarino y a la cabaña cantando: ¡Hacerlo limpio, limpio, limpio! ¡Witch limpia, AHORA!. Cada una de ellas empezó a frotar con un producto Witch, y, mientras frotaban, el sudario fue desapareciendo, y el submarino y la cabaña aparecieron resplandecientes, como recién pintados.
¡Limpio, limpio, limpio!-cantó el coro—. ¡Witch, Witch, Witch, limpio, limpio, limpio! Vencer a la suciedad, es vencer la enfermedad.
¡Mantenga la limpieza con Witch!
Bueno, se dijo Randolph. Y luego otra vez: Bueno.
No acababa de gustarle. El anuncio no era de buen gusto, precisamente. Con la crisis tan cerca... pero después de verlo uno no olvidaría el producto. Después de aquello, uno se veía obligado a pensar en los productos Witch.
Se recordó a sí mismo que al día siguiente, a primera hora, debía comprobar la reacción que había producido el anuncio y apagó la T.V.
Era casi mediodía cuando Randolph recordó la llamada que se había propuesto hacer a BDD amp;O. Oswald se puso al otro lado del hilo casi inmediatamente.
–Aquí, Randolph —dijo—. Le llamo acerca del anuncio de anoche. Me pareció un poco fuerte. ¿Piensan repetirlo hoy?
–¿Repetirlo? Nunca repetimos nada, Randolph —rió Oswald—. Es usted un hombre afortunado. Tengo a toda la plantilla ocupada con el anuncio de esta noche. No tiene por qué preocuparse. Nosotros nos ocuparemos de todo, hasta de los más mínimos detalles.
–Lo de anoche me pareció un poco fuerte —repitió Randolph. Se sintió un poco intrigado por el tono en que le había hablado Oswald, aunque no demasiado. Los hombres que trabajaban en la publicidad eran entusiastas por naturaleza, en opinión de Randolph. Tal vez era una cualidad necesaria en su profesión—. La gente puede tomar a mal que bromeemos con una cosa tan seria como una epidemia, aunque diga usted que la limpieza puede evitarla.
–La epidemia, ése es el punto fuerte. Imagínese usted que el grupo de investigadores de las Naciones Unidas informa de que no existe ninguna epidemia, y que el submarino sospechoso es uno de los más limpios y más saludables del mundo... Podemos sugerir, en tal caso, que se utilizan los productos Witch para mantenerlo limpio.
–Mister Oswald —la voz de Randolph adquirió un tono de imperiosa autoridad—. ¿Le importaría explicarme con exactitud de qué está usted hablando?
–¿Es que no ha oído usted las noticias.? ¡No hay guerra bacteriológica! Reconozco que es un patinazo de Bill Howard, pero todo puede arreglarse. No hay epidemia en El Cairo. Los investigadores de las Naciones Unidas no han podido encontrar ni un mal resfriado. Y en cuanto al submarino de marras, le han dado un certificado de salud absoluta, total. Ahora, el anuncio que planeamos para esta noche...
A aquella misma hora, cierto número de personajes importantes estaban reunidos con el Presidente. Sus reacciones al informe de las Naciones Unidas eran completamente distintas a la que Oswald había manifestado.
–Lo que me asusta, señor Presidente, es lo exacto del cronometraje y lo detallado de la ejecución —estaba diciendo el Subsecretario de Estado.
El Secretario de Estado volaba en un Jet, en aquellos momentos, para agregarse a la reunión.
–El hecho implica una técnica que nosotros no hemos alcanzado ni soñábamos alcanzar. He hablado con el jefe de la CIA, y los informes de nuestros agentes están fuera de toda duda. No sólo se produjo la epidemia, sino que se extendió rápidamente. La existencia del submarino portador de la peste es evidente. Si son capaces de provocar una guerra bacteriológica, y de producir una curación en masa de la noche a la mañana, estamos a su merced. No existe ninguna bomba —ni puede ser inventada– que alcance el poder de lo que acaban de demostrarnos.
El Presidente se pasó los dedos por los cabellos. Su rostro tenía una expresión preocupada. Pero, consiguió sonreír.
–No estamos aún solicitando condiciones de paz —dijo, y, volviéndose hacia el m s eminente de los biólogos de la nación, que estaba sentado en una butaca contigua, le preguntó—: ¿Cuál es su opinión?
–Siempre hemos sabido —contestó el biólogo– que la guerra bacteriológica es más peligrosa que la guerra atómica... siempre que el vencedor no disponga de los medios para protegerse de sus efectos. En nuestros laboratorios conseguimos una especie de bacterias, contra las cuales disponíamos de la adecuada inmunización, pero los experimentos que llevamos a cabo nos demostraron que, aunque inmunizáramos a todos los hombres, mujeres y niños de este país antes de soltar las bacterias en otra parte del mundo, las especies derivadas de aquellas bacterias azotarían eventualmente a esta nación lo mismo que a aquellas contra las cuales luchásemos.
–¿Qué me dice de las especies derivadas de la bacteria de Suez? —preguntó el Presidente. E inmediatamente se contestó a sí mismo—: No, han producido un antídoto. Un antídoto, si nuestros informes son exactos, que actúa de un modo inmediato.
Sacudió la cabeza lentamente.
–El ultimátum llegará en cualquier momento —dijo el Presidente.
—Es el cronometraje. No comprendo el cronometraje. —El gran hombre del Kremlin se estaba permitiendo a sí mismo unas dudas que no solía dejar traslucir delante de sus subordinados.
Allí había un solo subordinado, y cualquier auditorio que pudiese ser causa potencial de posteriores dificultades podía ser silenciado con facilidad. Sin embargo, la cosa resultaba sorprendente, y el teniente que ejercía las funciones de secretario y de guardaespaldas tembló mientras escuchaba.
–El cronometraje está equivocado, pero el hecho es un hecho. Tiene que ser un hecho, o todos nuestros agentes deberían ser enviados a Siberia.
–Desde luego, tenemos que actuar. La acción tiene que ser inmediata. Estamos amenazados de...
–¡No!
Vlada se oyó hablar a sí mismo, y todo su cuerpo se conmovió por ello. Se quedó pálido, temblando. Pero había hablado, y aunque quisiera no podría tragarse la palabra que acababa de pronunciar.
–¿No? Entonces, ¿qué es lo que sugieres, palomino, como no sea el defendernos de esta agresión capitalista? ¿Qué nos sentemos con los brazos cruzados y esperemos a que nos dicten las condiciones de nuestra rendición? ¡Habla!
–¡Enviarles un submarino infectado, y comprobar si pueden aniquilar a la bacteria que nosotros hemos desarrollado!
La garganta de Vlada estaba seca, y su voz no era la suya habitual. Ningún poder de la tierra hubiera logrado hacerle abrir la boca, pero la había abierto, y estaba esperando el rayo que iba a fulminarle de un momento a otro.
–Enviarles... ¡Ah, desde luego! Ellos pueden vencer a sus bacterias, y han utilizado un medio de lo más dramático para decirnos que pueden vencer a sus bacterias. Pero, ¿pueden vencer a los productos de nuestros laboratorios? Esto es lo que vamos a comprobar. Pero seremos tan sutiles... más sutiles, incluso, que nuestros amigos capitalistas. No les enviaremos nuestro submarino directamente. Lo enviaremos a una pequeña isla, y veremos si sienten deseos de probar la muerte, el ahogo, los horribles sufrimientos y la pérdida de la razón, que es el destino que aguarda a aquellos isleños...
En Peiping, la inquietud no era menos intensa... pero la reacción fue algo distinta.
Al científico sometido a interrogatorio no le quedaban esperanzas. Podía contestar sinceramente, ya que no había nada que pudiera salvarle de la suerte que le estaba reservada.
–La especie era virulenta. No existe ningún antídoto conocido... nada podía salvar a aquel puerto, ni a la mayor parte de África, ni a la mayor parte de la India... y no existía ningún medio para que el mundo pudiera averiguar de dónde procedía el submarino portador de la muerte, excepto que había sido construido en Norteamérica. Las bombas hubieran llegado como represalia, sembrando la muerte y añadiéndose al horror de la epidemia, de modo que una gran parte del mundo hubiese quedado libre para ser ocupada por el gran Pueblo del Dragón. Habíamos calculado que una tercera parte de nuestra propia población habría caído en el holocausto, lo cual nos hubiera resuelto muchos problemas Los pueblos de color canela de la India y los pueblos de color negro de África nos hubieran suplicado que les admitiéramos en la unidad de los pueblos amarillos, para defenderles de las locuras de los pálidos pueblos del Oeste. No existe ningún antídoto... pero la epidemia ha sido cortada. No puedo creerlo. Iría a reunirme con mis antepasados alegremente si antes pudiera saber la respuesta a este enigma.
Aquella noche, Bill Howard apareció en la pantalla con su feo rostro más sonriente que nunca, y su traje de tweed y su áspero pelo rubio m s desordenado que de costumbre.
–Hoy es un gran día para todos los habitantes del planeta —dijo—. Lo que ha ocurrido en Suez tiene indudablemente una enorme importancia política, y todos los estadistas y todos los políticos tendrán declaraciones que hacer y conclusiones que extraer. La evidente curación de Suez ha sido diversamente atribuida a la técnica norteamericana; a la técnica rusa; a Mahoma y al Dios de los cristianos. Todos los habitantes de la Tierra —siguió diciendo Bill Howard—, estamos amenazados de un modo abstracto, pero nosotros, la gente de la calle, queremos dejar estas cuestiones para los teóricos, mientras nos congratulamos. Ya que para nosotros, la gente de la calle, lo que tiene verdadera importancia es que en lugar de vernos obligados a enfrentarnos con la más degradante, con la más increíble, con la más horrorosa de las perspectivas: la guerra bacteriológica, nos encontramos en plena paz bacteriológica.
Después del difundido, las trece brujas aparecieron bailando y cantando, y detrás de ellas, como un telón de fondo, se encontraba el brillante y limpio decorado submarino-cabaña.
¡Brujas del mundo uníos! ¡Uníos para hacerlo limpio, limpio, limpio! ¡Witch limpia AHORA!-cantaron—. Pestilencia o peligro, enfermedad o desastre, Witch lo limpia todo limpio, limpio, limpio!
¡Ah! —dijo la voz en off del locutor—.¿Qué producto Witch desea usted? Witch es el moderno sistema de limpieza que ha utilizado lo mejor de las técnicas modernas, se ha extendido por todo el mundo...
Randolph contemplaba el programa escépticamente. Se recordó a sí mismo que lo habían preparado los mejores abogados y los mejores agentes de publicidad. Sin embargo experimentaba la desagradable sensación de que la cosa estaba llegando demasiado lejos.
Está bien pedir la luna —pensó, mordiéndose el labio inferior—. Pero ¿no es un poco arriesgado reclamar paz en la tierra para los productos Witch?
Tomó nota mentalmente de que a la mañana siguiente debía llamar a BDD amp;O. Por entonces ya se habría dejado sentir la reacción del auditorio, y podría decidir...
Era casi mediodía cuando Randolph recordó la llamada que se había propuesto hacer a BDD amp;O. Oswald se puso al otro lado del hilo casi inmediatamente.
–Aquí, Randolph —dijo—. Le llamo acerca del anuncio de anoche. Me pareció un poco fuerte reclamar paz en la tierra para los productos Witch. ¿Qué es lo que preparan para esta noche?
–¡Insistiremos en lo mismo! —la voz de Oswald era exultante—. ¡La cosa marcha; estamos en todos los programas de todos los canales. Nos consideran como algo excepcional. La Wicht levanta cabeza, Salem está aquí, con un nuevo "twist" y un estribillo publicitario...y todo eso. Pero los productos Witch suben como la espuma. Estaba seguro de no equivocarme cuando basé nuestro contrato en un porcentaje sobre las ventas. ¡Vamos a hacer saltar la banca!
Randolph rumió la idea en silencio.
–Oswald —dijo—, es una antigua costumbre del pueblo norteamericano tomar a broma lo que no puede comprender. Pero, no hay que llevar las cosas demasiado lejos. ¿No le parece que ese slogan Brujas del mundo, uníossuena a comunista?
–Cada vez que alguien habla de mantener al mundo pacíficamente unido, de unidad, no falta quien empieza a gritar comunismo...¿Desde cuándo tiene el comunismo la exclusiva de la unidad? Su compañía es internacional, ¿no es cierto? Es la International Witch Corporation, ¿no? Usted no se limita a vender productos Witch en los Estados Unidos: tiene mercados en Europa, y en África, y en la India, a no ser que yo haya leído mal los gráficos de ventas. ¿Por qué ha de preocuparle el utilizar ese slogan? Nuestras ventas suben como la espuma en todas partes —continuó Oswald en tono satisfecho—. ¿Qué quiere usted expresar al decir que no hay que llevar las cosas demasiado lejos? Tiene usted al mundo en un puño... ¿Acaso quiere soltarlo? Incidentalmente —añadió, en un tono más tranquilo– he recibido la visita de un chiflado que me ha dado qué pensar. El chiflado me ha dicho que, ahora que tenemos a las brujas del mundo unidas, por qué no hacemos un verdadero trabajo de limpieza, en un barrio pobre, por ejemplo. Me ha dado qué pensar, se lo aseguro. Una buena causa no le ha hecho nunca daño a un programa.
Randolph se mordió el labio inferior en silencio unos instantes, y Oswald, conociendo a su cliente, esperó pacientemente.
–La idea me gusta mucho más que la de reclamar paz en la tierra para los productos Witch —dijo Randolph finalmente—. ¿Por qué no busca usted un barrio pobre que podamos sanear sin que nos cueste demasiado dinero? El tema de la limpieza no es malo... Lo que no me parece bien es lo de la paz en la tierra referido a nuestros productos. Le diré lo que ha de hacer. Vamos a invertir unos cincuenta mil dólares en un trabajo de saneamiento, y usted podrá utilizar el tema para la publicidad. Deje al mundo para los políticos y para los cabezas a pájaros.
Después de colgar, Randolph se quedó en pie junto al teléfono, mordiéndose el labio inferior. ¿Podría sanearse algo así como un barrio pobre por unos cincuenta mil dólares? Oswald doblaría la cifra en su propio cerebro, desde luego. Siempre lo hacía. Pero procuraría que revirtieran en las ventas. Su contrato estaba ligado a las ventas.
Sí, pensó, era mejor apartarle del camino que estaba siguiendo. Con abogados o sin ellos, aquella clase de publicidad era peligrosa.
El asunto costó una semana de trabajo y la colaboración de todos los miembros de la plantilla que pudieron ser sustraídos de los otros programas, así como los que estaban asignados al programa Witch.
El barrio pobre había sido localizado: tres edificios en una pequeña manzana junto a Battery, rodeada de edificios nuevos. Los inmuebles eran de los que tienen un retrete para cada planta, instalación de agua fría únicamente, y una familia en cada habitación. Seguían existiendo en aquella zona residencial porque estaban ligados a una herencia y no podían ser vendidos. Pero podían ser remozados, y a tal fin se firmaron contratos y se solicitaron permisos hasta que los documentos llenaron todo un fichero. Costaría unos cien mil dólares, desde luego... o quizá más. Pero Randolph lo había autorizado. Siempre citaba la mitad de la cifra —o menos– que había que emplear. De todos modos, las ventas compensarían aquel desembolso, ya que la cosa produciría un fuerte impacto. La preocupación por el dinero era lo último que podía esperarse de Oswald. Tenía a un toro agarrado por los cuernos, y sus ingresos dependían de las ventas...
Durante aquella semana, mientras el trabajo avanzaba, se emitió el nuevo programa publicitario.
Limpio, limpio, limpio con Witch. ¿Qué es lo que las brujas limpiarán a continuación? ¡Brujas del mundo, uníos! Uníos para sanear este viejo mundo y hacerlo habitable...
La noche en que iba a ser exhibido el nuevo trabajo de limpieza, Randolph sintonizó su receptor de TV tan ignorante de los detalles como el último de los televidentes. Le preocupaba un poco el hecho de que Oswald hubiera insistido en mantenerle a oscuras acerca de todo, pero Randolph tenía los mejores publicitarios, y los mejores abogados del país trabajaban en el asunto; y, evidentemente, la subida de la curva de ventas en las dos últimas semanas había sido muy espectacular.
–Esta noche tendremos el mayor auditorio del año en la televisión —le había dicho aquel mediodía Oswald, jubilosamente—. Hemos estado preparando a la gente, y los sketchs "Salen con un nuevo "twist" y una canción publicitaria" han continuado en esta red —su coste era relativamente pequeño—, e incluso pienso incluir algunos de ellos en los programas realmente importantes que estamos preparando.
Bill Howard apareció en la pantalla, con su ancho rostro de facciones vulgares inclinado hacia los telespectadores a través de la mesa.
–La noticia más importante del país en estos momentos —dijo Bill en tono solemne—, es el mayor trabajo de saneamiento efectuado por particulares en esta nación. Hay un barrio pobre aquí, en Nueva York —continuó—, y las Brujas del mundo se unirán para sanearlo... esta noche.
Luego desplegó aquella poderosa personalidad que le había convertido en el locutor más conocido de la TV y de la radio. Tenía un modo de decir las cosas que les infundía humanidad, era como si, descorriendo una cortina, introdujera a sus oyentes en las vidas reales de personas auténticas. Desplegó su poderosa personalidad, y empezó su tarea.
En primer lugar mostró un gran mapa de Nueva York, y habló de que la gente consideraba a la ciudad como un lugar enorme, impersonal, pero que no lo era. Bill hizo ver que la ciudad era el hogar de todo el mundo.
Luego señaló en el mapa el punto exacto donde estaban situados los edificios. A continuación, pasó una película y mostró la parte trasera de los edificios, que era un vertedero de basuras, y una habitación en la cual dormía una familia de siete miembros y el retrete que compartían con otras cinco familias.
Después, Bill apagó el proyector, y llevó a aquella familia junto al micrófono, todos ellos sucios y con ropas que tenían muchos años de existencia... incluso las del bebé. Los zapatos de un chiquillo carecían de suelas, y a los de otro muchacho les habían abierto un boquete en la parte delantera, a fin de que pudieran contener los pies a medida que iban creciendo.
–No hemos añadido nada a lo que hemos encontrado —dijo Bill—. Voy a presentarles a esta familia con el nombre de Jones. Esta es una parte muy real de América —añadió, y su voz temblaba un poco.
Si estaba fingiendo, pensó Randolph, era el mejor actor que había visto en su vida.
Randolph se alegró de estar solo y de no tener que hablar con nadie. También él estaba impresionado.