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Antología De Novelas De Anticipación I
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Luego, cuando le pregunté a Burt, que me hizo los tests de inteligencia y las pruebas con Algernon, me dijo que los dos estaban equivocados (tuve que prometerle que no se lo diría a ellos). Burt dice que un I. Q. mide un montón de cosas distintas, incluidas algunas de las cosas que uno ya había aprendido, y que en realidad no sirve para nada.

De modo que todavía no sé lo que es un I. Q., excepto que el mío será pronto de más de 200. No quiero decir nada, pero no entiendo una cosa: si ellos no saben lo qué es, ni dónde está, ¿cómo pueden saber cuánto ha adquirido uno?

El Dr. Nemur dice que mañana tendré un Rorschach Test. Me pregunto qué será eso,

Abril 22.

Ya he descubierto lo qué es un Rorschach. Es el test que me hicieron antes de la operación: el de las manchas de tinta en los trozos de cartulina. El hombre que me hizo el test era el mismo.

Yo estaba muy asustado por aquellas manchas de tinta. Sabía que iba a preguntarme qué es lo que veía en ellas, y sabía que no seria capaz de ver nada. Estaba pensando si habría algún modo de saber qué clase de cuadros estaban ocultos allí. Tal vez no eran cuadros. Tal vez era un truco para ver si yo era lo bastante tonto como para ver allí algo que no había. Al pensar en esto me puse furioso contra él.

–De acuerdo, Charlie —dijo—. Ya has visto antes estas cartulinas, ¿te acuerdas?

–Desde luego que me acuerdo,

Por el tono de mi voz comprendió que yo estaba furioso, y pareció sorprendido.

–Sí, desde luego, Ahora quiero que mires ésta. ¿Qué puede ser esto? ¿Qué ves en esta cartulina? La gente ve toda clase de cosas en estas manchas de tinta. Dime lo que ves tú en ella... en qué te hace pensar.

Yo estaba impresionado. Aquello no era lo que yo había esperado que dijera.

–¿Quiere usted decir que no hay ningún cuadro escondido en estas manchas de tinta?

Arrugó la frente y se quitó las gafas.

–¿Qué?

–Cuadros. Ocultos en las manchas de tinta. La última vez usted me dijo que cualquiera podía verlos y que usted quería que también yo los encontrara.

Él me explicó que la última vez había utilizado casi exactamente las mismas palabras que estaba utilizando ahora Yo no podía creerlo, y todavía tengo la sospecha de que me estaba engañando para reírse de mí. A no ser —también cabía la posibilidad– de que yo no le hubiese entendido bien a causa de mi deficiencia mental.

Miramos todas las cartulinas lentamente. Una de ellas parecía un par de murciélagos chocando contra algo, Otra parecía dos hombres luchando con espadas. Yo imaginaba toda clase de cosas. Y creo que lo hice bastante bien. Pero ya no me fiaba de aquel hombre y daba la vuelta a todos las cartulinas para ver si tenían algo oculto, Mientras él tomaba notas, yo miraba por el rabillo del ojo para ver si podía leerlo, Pero lo escribía todo en clave y era algo así

WF + A DdF – Ad orig. WF – A SF + obj.

El test todavía no tiene sentido para mí. Me parece que cualquiera puede mentir diciendo que ha visto cosas que en realidad no ha visto, ¿Cómo podía saber aquel hombre que yo no le estaba tomando el pelo mencionando cosas que en realidad no me eran sugeridas por las manchas de tinta? Tal vez pueda comprenderlo cuando el Dr. Strauss me deje leer libros de psicología.

Abril 25.

Me he inventado un nuevo modo de alinear las máquinas en la fábrica, y Mr. Donnegan dice que esto le ahorrará diez mil dólares al año en trabajo y en aumento de la producción. Me ha dado un billete de veinticinco dólares. Quería invitar a almorzar a Joe Carp y a Frank Reilly para celebrarla, pero Joe me ha dicho que tenía que ir a comprar algunas cosas con su mujer, y Frank me ha dicho que tenía que ir a almorzar con su primo, Creo que tendrá que pasar algún tiempo para que se acostumbren al cambio que se ha operado en mí. Todo el mundo parece estar asustado de mí. Cuando me acerqué a Amos Borg y le toqué en el hombro, dio un gran salto,

La gente ya no me habla amistosamente como solía hacerlo antes. Esto hace que me sienta un poco solo.

Abril 27.

Hoy he reunido todo mi valor y le he pedido a Miss Kinnian que viniera a cenar conmigo mañana por la noche para celebrar la propina que me había dado Mr. Donnegan. De momento, ella no estaba segura de si sería correcto, pero yo se lo he preguntado al Dr. Strauss y me ha dicho que no había ningún inconveniente. El Dr. Strauss y el Dr. Nemur no parecen estar en muy buenas relaciones. Se pasan el tiempo discutiendo, Esta noche, cuando he entrado para preguntarle al Dr. Strauss lo de ir a cenar con Miss Kinnian, les he oído gritar. El Dr. Nemur estaba diciendo que aquel era su experimento y su investigación, y el Dr. Strauss replicaba que él había contribuido tanto como su colega, ya que me había encontrado a mí a través de Miss Kinnian y había realizado la operación. El Dr. Strauss ha añadido que algún día millares de neurocirujanos podrían utilizar su técnica en todo el mundo,

El Dr. Nemur deseaba publicar los resultados del experimento a finales de este mes. El Dr. Strauss quería esperar un poco más para mayor seguridad. El Dr. Strauss ha dicho que el Dr. Nemur estaba más interesado en la Cátedra de Psicología de Princeton que en el experimento. El Dr. Nemur ha dicho que el Dr. Strauss no era más que un oportunista que estaba tratando de obtener gloria pegándose a sus faldones.

Al salir de allí, más tarde, estaba temblando, No sé exactamente por qué, pero era como si hubiera visto claramente a aquellos dos hombres por primera vez. Recuerdo haberle:oído decir a Burt que el Dr. Nemur tenía una esposa muy ambiciosa que le estaba apremiando siempre para que publicara cosas a fin de que pudiera convertirse en un hombre famoso. Burt decía que el sueño dorado de la esposa del Dr. Nemur era tener un marido de gran renombre.

¿Estaba tratando realmente el Dr. Strauss de obtener gloria pegándose a sus faldones?

Abríl 28.

No comprendo cómo no me había dado cuenta nunca de lo bonita que en realidad es Miss Kinnian. Tiene los ojos castaños, y sus sedosos cabellos, del mismo color, le llegan hasta los hombros. ¡Sólo tiene treinta y cuatro años! Creo que desde el primer momento yo había tenido la sensación de que era un genio inalcanzable... y muy, muy vieja. Ahora, cada vez que la veo me parece más joven y más encantadora.

Hemos cenado y hemos charlado largamente. Cuando me ha dicho que yo estaba avanzando con tanta rapidez que pronto la dejaría a ella atrás, me he echado a reír.

–Es verdad, Charlie. Eres ya mucho mejor lector que yo misma. Puedes leer una página entera de una sola ojeada, en tanto que yo sólo puedo captar unas cuantas líneas al mismo tiempo, Y tú recuerdas todo lo que lees. En cambio yo, con mucha suerte, sólo puedo recordar las ideas principales y el significado general de lo que he leído.

–Yo no me siento inteligente. Hay tantas cosas que no comprendo...

Miss Kinnian cogió un cigarrillo y yo le di fuego.

–No tienes motivos para quejarte, Charlie. En cuestión de días y de semanas estás obteniendo lo que a las personas normales les cuesta media vida adquirir. Esto es lo que hace tan sorprendente la cosa. Ahora eres como una esponja gigante que va absorbiendo cosas. Hechos, cifras, conocimientos generales. Y pronto empezarás a relacionarlas unas con otras. Verás cómo están conectadas las distintas ramas del conocimiento. Existen muchos niveles de cultura, Charlie, como peldaños de una gigantesca escalera que le lleva a una cada vez más arriba y más arriba para ver más y más el mundo que le rodea.

Yo sólo puedo ver un trocito de ese mundo, Charlie, y no llegaré mucho más arriba de lo que estoy ahora, pero tú subirás más y más alto, y verás más y más cosas, y cada peldaño te abrirá nuevos mundos que nunca habías imaginado que pudieron existir —frunció el ceño—. Espero... sólo espero que Dios:...

–¿Qué?

–No importa, Charlie. Sólo espero no haberme equivocado cuando te aconsejé que fueras el primero en dejarte operar.

Me eché a reír.

–Eso no es posible. La cosa ha salido bien, ¿no es cierto? Incluso Algernon sigue siendo listo.

Nos quedamos silenciosos un buen rato y yo sé lo qué ella estaba pensando mientras me miraba juguetear con la cadena de mi pata de conejo y mis llaves. No quiero pensar en aquella posibilidad, del mismo modo que la gente de edad madura no quiere pensar en la muerte. Yo sé que esto es sólo el comienzo. Sé lo que miss Kinnian había querido decir al hablar de los niveles de cultura, porque yo he visto ya algunos de ellos. La idea de dejarla a ella me entristecía.

Estoy enamorado de miss Kinnian.

INFORME DE PROGRESOS 12 – Abril 30.

He dejado mi trabajo en la Donnegan's Plastic Box Company. Míster Donnegan insistió en que seria mejor para todos que yo me marchara. ¿Qué es lo que he hecho para que me odien tanto?

La primera noticia que tuve del asunto fue cuando míster Donnegan me enseñó la petición. Ochocientos cuarenta nombres, todos los obreros de la fábrica, excepto Fanny Gierden. Al repasar rápidamente la lista, vi que el suyo era el único nombre que faltaba. Todos los demás pedían que yo fuese despedido.

Joe Carp y Frank Reilly no quisieron hablar del asunto. Nadie quiso hablar conmigo del asunto, excepto Fanny. Fanny es una de las pocas personas que conozco que actúan de acuerdo con lo que creen a pesar de todo lo que el resto del mundo pueda decir, hacer o pensar. Y Fanny creía que yo no tenia que ser despedido. Se había opuesto a la petición desde el primer momento y se mantuvo firme en su posición a pesar de las presiones y de las amenazas de que había sido objeto.

–Lo cual no quiere decir —observó Fanny– que yo no crea que hay algo muy extraño en lo que te ha ocurrido, Charlie. Has cambiado mucho. Eras un hombre bueno, obediente, normal... tal vez no demasiado brillante, pero honrado. Quién sabe lo que has hecho contigo mismo para convertirte repentinamente en un hombre tan listo... Como todo el mundo dice por aquí, Charlie, la cosa resulta un poco misteriosa.

–Pero, ¿cómo puedes decir eso, Fanny? ¿Qué hay de malo en que un hombre adquiera inteligencia y desee aumentar sus conocimientos y comprender el mundo que le rodea?

Fanny inclinó la mirada sobre su trabajo y yo me volví para marcharme. Sin mirarme, Fanny dijo:

–Cuando Eva escuchó a la serpiente y comió el fruto del árbol del conocimiento, fue obra del demonio, Cuando vio que estaba desnuda, fue obra del demonio... De no haber sido por aquello, ninguno de nosotros se hubiera hecho viejo, ni hubiera conocido las enfermedades, ni hubiera muerto.

De nuevo la sensación de vergüenza ardía dentro de mi. Esta inteligencia ha levantado una barrera entre mi persona y los hombres y mujeres a los que conocía y quería. Antes, se reían de mí y me despreciaban por mi ignorancia y estupidez; ahora, me odian por mis conocimientos y por mi comprensión. ¿Qué es lo que quieren de mí, en nombre del cielo?

Me han echado de la fábrica. Ahora estoy más solo que nunca...

Mayo 15.

El doctor Strauss está furioso conmigo porque no he escrito ningún informe de progresos en dos semanas. Tiene mucha razón en quejarse, porque el laboratorio me paga ahora un salario de un modo regular. Le dije que estaba demasiado ocupado pensando y leyendo. Cuando le expliqué que el trabajo de escribir me resultaba muy pesado, debido a la mala letra que tengo, lo cual me hacía perder la paciencia, me sugirió que aprendiera a escribir a máquina. Ahora me resulta mucho más fácil escribir, ya que puedo mecanografiar casi setenta y cinco palabras por minuto. El doctor Strauss me recuerda continuamente la necesidad de hablar y de escribir de un modo sencillo, de modo que la gente pueda comprenderme.

Trataré de pasar revista a todas las cosas que me han ocurrido durante las últimas dos semanas. Algernon y yo fuimos presentados a la Sociedad Psicológica Norteamericana reunida en asamblea con la Sociedad Psicológica Mundial el pasado jueves. Producimos una verdadera sensación. El doctor Nemur y el doctor Strauss estaban muy orgullosos de nosotros.

Sospecho que el doctor Nemur, que tiene sesenta años —diez más que el doctor Strauss—, estima necesario comprobar los resultados tangibles de su trabajo. Indudablemente, el resultado de las presiones de mistress Nemur.

Contrariamente a mis primeras impresiones de él, me he dado cuenta de que el doctor Nemur no es un genio, ni mucho menos. Tiene un cerebro bastante bueno, pero está muy inseguro de sí mismo. Quiere que la gente le tome por un genio. En consecuencia, para él es muy importante saber que su trabajo es aceptado por el mundo. Creo que el doctor Nemur está impaciente porque teme que alguien pueda hacer algún descubrimiento en el mismo campo científico y esto le quite fama a él.

El doctor Strauss, en cambio, puede ser llamado un genio, aunque tengo la impresión de que sus zonas de conocimiento son demasiado limitadas. Fue educado en la tradición de la más estricta especialización; los aspectos más amplios de su propia especialidad fueron descuidados más de la cuenta... incluso tratándose de un neurocirujano.

Quedé asombrado al enterarme de que los únicos idiomas antiguos que podía leer eran latín, griego y hebreo, y que no sabe casi nada de matemáticas más allá de los niveles elementales del cálculo de variaciones. Cuando él mismo me confesó esto, casi me sentí enojado. Era como si hubiera estado ocultando aquella parte de sí mismo a fin de engañarme, fingiendo —como he descubierto que hace mucha gente– ser lo que no es. Ninguna de las personas que conozco es lo que parece ser en la superficie.

El doctor Nemur no parece encontrarse a gusto a mi lado. A veces, cuando trato de hablar con él, se limita a mirarme de un modo muy raro y da media vuelta, dejándome con la palabra en la boca. De momento, me puse furioso cuando el doctor Strauss me dijo que yo le estaba dando al doctor Nemur un complejo de inferioridad. Creía que se estaba burlando de mí, y soy muy susceptible al imaginar que puedan reírse a mi costa.

¿Cómo podía yo saber que un reputado psicoexperimentalista como Nemur no supiera una palabra de indostánico ni de chino? Es algo completamente absurdo, teniendo en cuenta los trabajos que se realizaban en la India y en China en aquella misma especialidad científica.

Le pregunté al doctor Strauss cómo podía refutar Nemur los ataques de Rahajamati a su método y a sus resultados, si Nemur no era capaz de leerlos primero, La extraña expresión del rostro del doctor Strauss sólo podía significar una de dos cosas. O bien que no quería decirle a Nemur lo que opinaban en la India de sus experimentos, o bien —y esto me preocupa– que el propio doctor Strauss lo ignoraba. Debo tener cuidado y hablar y escribir de un modo claro y sencillo de modo que la gente no se ría.

Mayo 18.

Estoy muy disgustado. Anoche vi a miss Kinnian por primera vez desde hace una semana. Traté de evitar toda alusión a temas demasiado intelectuales y de mantener la conversación a un nivel sencillo, cotidiano, pero ella se limitó a mirarme con expresión de desconcierto y me preguntó qué significaba aquello de la variante matemática equivalente en el Quinto Concierto de Dorbermann.

Cuando traté de explicárselo me hizo callar y se echó a reír. Me puse furioso, pero sospecho que me estoy acercando a ella a un nivel equivocado. Hable de lo que hable con ella, soy incapaz de establecer una comunicación entre nosotros. Debo revisar las ecuaciones de Wrostadt sobre Los niveles de progresión semántica. Me he dado cuenta de lo imposible que me resulta establecer comunicación con la gente. Gracias a Dios, puedo pensar en libros, y en música, y en otras muchas cosas. La mayor parte del tiempo lo paso solo en mi habitación de la casa de huéspedes de mistress Flynn, y rara vez hablo con alguien.

Mayo 20.

No me hubiera fijado en el nuevo lavaplatos, un muchacho de unos dieciséis años, en el restaurante donde solía cenar todas las noches, de no ser por el incidente de los platos rotos.

Cayeron al suelo, haciéndose añicos y esparciendo trozos de loza blanca por debajo de las mesas. El muchacho quedó allí de pie, aturdido y asustado, con la bandeja vacía en las manos. Los comentarios y las carcajadas de los clientes, los gritos de «¡Vaya! ¡Ahí van los beneficios!»... «¡Mazeltov!»... y, «Bueno, no trabajará aquí mucho tiempo»... los cuales parecen seguir de un modo invariable a la rotura de vasos o de platos en un restaurante) parecían confundirle más y más.

Cuando el dueño se presentó para ver a qué se debía aquel jaleo, el muchacho se cubrió el rostro con el antebrazo como si temiera recibir una bofetada de un momento a otro.

–Está bien, está bien, ya la has hecho —gritó el dueño– ¡No te quedes ahí plantado como un pasmarote! Vete a buscar una escoba y barre todo esto, Una escoba... ¡Una escoba, idiota! Está en la cocina. Barre bien todos los pedazos.

El muchacho vio que no iba a ser castigado. Su asustada expresión desapareció, y cuando regresó con la escoba para barrer el suelo estaba sonriendo. Unos cuantos clientes empezaron a reírse a su costa.

–Aquí, muchacho, detrás tuyo tienes un hermoso pedazo de plato...

–Vamos, hazlo otra vez...

–No es tan tonto como parece. Es más fácil romper los platos que lavarlos...

El muchacho miró a los que hablaban con ojos desprovistos de toda expresión, y finalmente sonrió por la chanza que evidentemente no comprendía.

Al ver aquella vacua sonrisa, aquella insegura mirada de los ojos de un niño deseoso de mostrarse complaciente, me sentí enfermo. Se estaban riendo de él porque era un retrasado mental.

Y yo también me había estado riendo de él.

Repentinamente me puse furioso conmigo mismo y con todos aquellos que se estaban mofando del muchacho. Me levanté de un salto y grité.

–¡Cállense! ¡Déjenlo en paz! ¡No es culpa suya si no puede comprender! ¡No puede evitar ser como es! ¡Pero... pero sigue siendo un ser humano!

Se produjo un gran silencio. Me maldije a mi mismo por haber perdido el control y haber hecho una escena. Traté de no mirar al muchacho mientras pagaba mi cuenta sin haber tocado la comida. Me sentía avergonzado por los dos.

Qué extraño resulta que unas personas de buenos sentimientos, sensibles, que no abusarían de un hombre que hubiera nacido sin brazos, o sin piernas, o sin ojos, no consideren ofensivo tomarle el pelo a un hombre que ha nacido corto de inteligencia. Me enfurecía pensar que hacía muy poco tiempo que yo, al igual que el muchacho del restaurante, había representado estúpidamente el papel de payaso.

Y casi lo había olvidado.

Me ocultaba a mí mismo el cuadro del antiguo Charlie Gordon porque ahora, que era inteligente, aquello era algo que debía borrar de mi cerebro. Pero hoy, al mirar a aquel muchacho, he visto por primera vez lo que yo había sido. ¡Yo era exactamente igual que él!

Hace muy poco tiempo, aprendí que la gente se reía de mi. Ahora sé que inconscientemente me unía a la gente riéndome de mí mismo, Y esto es mucho más doloroso.

A menudo he vuelto a leer mis informes de progresos y he visto la ignorancia, la ingenuidad infantil, la mente de escasa inteligencia mirando desde una habitación oscura, a través del ojo de la cerradura, a la cegadora luz del exterior. Veo que incluso en mi estupidez yo sabía que era inferior, y que las otras personas tenían algo que a mí me faltaba... algo que a mí me había sido negado. En mi ceguera mental, yo pensaba que era algo relacionado con la capacidad de leer y escribir, y estaba convencido de que si yo podía adquirir aquellas habilidades automáticamente me sería dada también la inteligencia.

Incluso un hombre de mentalidad atrasada desea ser como los otros hombres.

Un niño puede no saber cómo alimentarse a sí mismo, ni lo que tiene que comer, pero sabe que tiene hambre.

La lección recibida había sido muy provechosa para mí. Viendo el pasado con más claridad, he decidido aplicar mis conocimientos y mis habilidades a la tarea de aumentar los niveles de la inteligencia humana. ¿Quién mejor equipado que yo para esa tarea? ¿Quién ha vivido en los dos mundos? He pertenecido a la familia de los retrasados mentales. Dejadme que emplee el don que me ha sido concedido en hacer algo por ellos.

Mañana, hablaré con el doctor Strauss para ver de qué modo puedo enfocar mi trabajo para que resulte más eficaz. Tal vez pueda ayudarle a él en la solución de los problemas que plantea la extensión de la técnica que me fue aplicada a mí. Tengo varias ideas sobre la materia.

Esta técnica puede producir resultados asombrosos. Si ha podido convertirme a mí en un genio, ¿no podría alcanzarse niveles fantásticos aplicándola a personas normales? ¿Y aplicándola a genios innatos?

Hay muchas puertas para abrir. Y estoy impaciente por empezar a abrirlas.

INFORME DE PROGRESOS 13 – Mayo 23.

Ha ocurrido hoy. Algernon me ha mordido. He ido al laboratorio para hacerle una visita, como hago de cuando en cuando, y al sacarle de la jaula me ha mordido en la mano. He vuelto a meterlo en la jaula y lo he contemplado un buen rato, Estaba desacostumbradamente excitado y agresivo.

Mayo 24.

Burt, que tiene a su cargo los animales destinados a experimentos, me ha.dicho que Algernon está cambiando. Se muestra indolente; se niega a recorrer el laberinto; la motivación general ha disminuido. Y no quiere comer. Todo el mundo está intrigado acerca del significado que todo esto puede tener.

Mayo 25.

Han estado alimentando a Algernon, que ahora se niega a resolver problemas para obtener su comida. Todo el mundo me identifica con Algernon. En un sentido, los dos somos los primeros de nuestro tipo, Todos aseguran que el comportamiento de Algernon no es necesariamente significativo para mí. Pero resulta difícil ocultar el hecho de que algunos de los otros animales que fueron utilizados en este experimento se están portando de un modo muy raro.

El doctor Strauss y el doctor Nemur me han pedido que no vaya al laboratorio, Sé lo que están pensando, pero no puedo aceptarlo. Voy a seguir adelante con mis proyectos de investigación. Con el debido respeto a los dos excelentes hombres de ciencia, tengo plena consciencia de sus limitaciones. Si existe una respuesta, tengo que encontrarla por mi mismo. Repentinamente, el tiempo se ha convertido en algo muy importante para mi.

Mayo 29.

Me han dado un laboratorio para mi uso personal y permiso para seguir adelante con mis investigaciones. Los estoy aprovechando bien. Trabajo día y noche. Tengo un catre plegable en el laboratorio. La mayor parte del tiempo que dedicaba a la escritura lo invierto en la redacción de las notas que guardo en folios separados, pero de cuando en cuando encuentro necesario anotar mis estados de ánimo y mis pensamiento, tal como tenía por costumbre.

He descubierto que el calculus de inteligencia es un estudio fascinante. Éste es el campo al que puedo aplicar todos los conocimientos que he adquirido. Es el problema que me ha afectado directamente toda mi vida.

Mayo 31.

El doctor Strauss cree que trabajo demasiado. El doctor Nemur dice que estoy tratando de concentrar en unas semanas toda una vida de investigación. Sé que debería descansar, pero me siento empujado por algo interior que no me permite detenerme. Tengo que descubrir el motivo de la repentina regresión de Algernon. Tengo que saber si y cuándo me ocurrirá a mí.

Junio 4.

CARTA AL DR. STRAUSS (copia).

Mi querido Dr. Strauss

En sobre aparte le envío una copia de mi informe titulado “El Efecto Algernon-Gordon: Un Estudio sobre la Estructura y el Funcionamiento de la Inteligencia Aumentada" el cual me gustaría que leyera usted antes de su publicación.

Como podrá ver, mis experimentos han sido exhaustivos. He incluido en mi informe todas mis fórmulas, así como los análisis matemáticos, que van en el apéndice. Desde luego, los análisis tienen que ser comprobados.

A causa de su importancia para usted y para el doctor Nemur (y no hace falta decir que también para mí) he revisado y vuelto a revisar mis resultados una docena de veces, con la esperanza de encontrar un error. Siento decir que los resultados son exactos. Sin embargo, en beneficio de la ciencia, me alegro de haber podido aportar una pequeña contribución al conocimiento del funcionamiento de la mente humana y a las leyes que gobiernan el aumento artificial de la inteligencia humana.

Recuerdo que usted me dijo en cierta ocasión que un fracaso experimental o la refutación de una teoría era tan importante para el avance de un conocimiento como el propio éxito.

Ahora sé que es verdad. Lamento, sin embargo, que mi contribución en este terreno descanse sobre las cenizas del trabajo de dos hombres a los cuales aprecio y admiro tanto. Sinceramente suyo,


CHARLES GORDON

Junio 5.

No debo dejar paso al sentimentalismo. Los hechos y los resultados de mis experimentos son claros, y los aspectos más sensacionales de mi propia rápida ascensión no pueden oscurecer el hecho de que la triplicación de la inteligencia por medio de la técnica quirúrgica desarrollada por los doctores Strauss y Nemur deben ser considerados como de muy escasa o de ninguna aplicabilidad (en los momentos actuales) para el aumento de la inteligencia humana.

Al revisar los informes y los datos sobre Algernon, veo que, aunque se encuentra aún en su infancia física, ha retrocedido mentalmente. La actividad motriz ha empeorado; existe una acelerada pérdida de coordinación.

Existen también claros síntomas de una progresiva amnesia.

Tal como podrá apreciarse en mi informe, éstos y otros síndromes de deterioración física y mental pueden ser predichos con resultados estadísticamente significativos mediante la aplicación de mi fórmula.

Los estímulos quirúrgicos a los cuales hemos sido sometidos Algernon y yo han provocado una intensificación y aceleración de todos los procesos mentales. El imprevisto desarrollo, al cual me he tomado la libertad de llamar el Efecto Algernon-Gordon, es la extensión lógica del proceso de aceleración de la inteligencia. La hipótesis aquí demostrada puede ser descrita sencillamente en los siguientes términos: la inteligencia aumentada artificialmente se deteriora en un espacio de tiempo directamente proporcional a la cantidad de aumento.

Creo que esto, en si mismo, es un importante descubrimiento.

Mientras sea capaz de escribir, seguiré anotando mis ideas en estos informes de progresos. Es uno de mis pocos placeres. Sin embargo, según todos los indicios, mi propia deterioración mental será muy rápida.

He empezado ya a notar síntomas de inestabilidad emotiva y de lagunas nemotécnicas, los primeros en anunciar la proximidad de la deterioración.

Junio 10.

La deterioración va en aumento. Experimento prolongadas ausencias mentales.

Algernon murió hace dos días. La autopsia ha demostrado que mis predicciones eran ciertas. Su cerebro había perdido peso y existía un reblandecimiento general de la masa encefálica así como un ensanchamiento de las fisuras del cerebro.

Creo que no tardará en sucederme lo mismo a mi. Ahora que es un hecho seguro, no deseo que ocurra.

He colocado el cadáver de Algernon en una cajita de quesos y le he enterrado en el patio trasero, He llorado.

Junio 15.

El doctor Strauss ha venido a verme otra vez. No he querido abrirle la puerta y le he dicho que se marchara. Quiero estar solo. Me he convertido en una persona susceptible e irritable. Resulta difícil ahuyentarlas ideas de suicidio. No ceso de decirme a mí mismo cuán importante será este diario introspectivo.

Es una extraña sensación la de coger un libro que uno ha leído y gozado hace sólo unos meses y descubrir que no lo recuerda. Me acuerdo de la gran impresión que me produjo John Milton, pero cuando cogí El Paraíso Perdido no comprendí absolutamente nada. Me puse tan furioso, que tiré el libro al otro extremo de la habitación.

Trato de aferrarme desesperadamente a algunas de las cosas que he aprendido, ¡Oh, Dios mío! Que no lo pierda todo, te lo ruego...

Junio 19.

A veces, por la noche, salgo a dar un paseo. Anoche no pude recordar dónde vivía. Un policía me acompañó a casa. Tengo la extraña sensación de que todo esto me ha ocurrido antes... hace mucho tiempo. No ceso de decirme a mí mismo que soy la única persona del mundo que puede describir lo que me está ocurriendo.

Junio 21.

¿Por qué no puedo recordar? Tengo que luchar. Me quedo en la cama días enteros sin saber quién soy ni dónde estoy. Luego todo vuelve a mí como en un relámpago. Fugas de amnesia. Síntomas de senilidad... segunda infancia. Puedo verlos aparecer. Esto es cruelmente lógico. He aprendido tanto y con tanta rapidez... Ahora mi mente se está deteriorando rápidamente. Tengo que luchar. Me resulta insoportable pensar en el muchacho del restaurante, en su vacua expresión, en su estúpida sonrisa, en la gente riéndose de él. No... por favor... aquello, no...

Junio 22.

Estoy olvidando cosas que había aprendido recientemente. La cosa parece seguir la pauta clásica: las últimas cosas aprendidas son las primeras olvidadas. ¿Era así, en realidad? Tendré que mirarlo otra vez...

He vuelto a leer mi informe sobre el Efecto Algernon-Gordon y he experimentado la extraña sensación de que estaba escrito por otra persona. Hay partes que ni siquiera comprendo.

La actividad motriz empeora. Tropiezo continuamente, y escribir a máquina se ha convertido en una tarea sumamente dificultosa.

Junio 23.

He renunciado por completo al uso de la máquina de escribir. Mi coordinación es muy deficiente. Noto que me muevo cada vez con más lentidad. Hoy he recibido una terrible impresión. He cogido una copia de un articulo que había utilizado en mi investigación, Uber psychische Ganzheit de Krueger, para ver si podía ayudarme a comprender mis deducciones. De momento creí que tenía algo en la vista. Luego he comprobado que ya no podía leer el alemán. He hecho la prueba con otros idiomas. Los he olvidado todos.

Junio 30.

Ha pasado una semana desde la última vez que escribí. Esto se desliza como arena a través de mis dedos. La mayor parte de los libros que tengo me resultan ininteligibles ahora. El comprobarlo me pone furioso porque sé que hace unas semanas los leía y comprendía perfectamente.

No ceso de decirme a mí mismo que tengo que continuar escribiendo informes a fin de que alguien pueda saber lo que me está ocurriendo. Pero resulta difícil formar las palabras y recordar como se escriben. Ahora tengo que consultar en el diccionario incluso palabras sencillas y esto me pone nervioso.


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